El Arzobispado de Granada va a completar en junio los trabajos preventivos ante terremotos en un conjunto de unos 20 pináculos de los techos de la Catedral con la revisión de tres de ellos en el pasaje Diego de Siloé, y una vez finalizada sin novedades de relieve la de los laterales de Pasiegas, Cárcel Baja y Oficios, además de haberse repasado y consolidado elementos de cornisas de las diferentes fachadas para "evitar caída de fragmentos".
Así lo ha indicado a Europa Press el arquitecto conservador de la Catedral de Granada, Pedro Salmerón, quien ha detallado que hacia la alienación de Pasiegas, adonde da la puerta de entrada principal de la Catedral de Granada, se han reparado ocho pináculos, y otros tres en el frente de la calle Cárcel, además de dos colindantes con Capilla Real, y cuatro en su parte alta hacia Oficios. En ellos, dentro de trabajos que se prolongaron hasta este pasado mes de mayo, se han realizado consolidaciones o desmontajes parciales para asegurar la estabilidad ante los movimientos sísmicos.
"Todo lo que hemos encontrado ha sido coherente" con el estudio previo de estos elementos arquitectónicos, y los trabajo han ido "por el camino que pensábamos", partiendo además de la base de que "no han seguido los terremotos fuertes", ha detallado Salmerón.
Dos pináculos de la fachada principal del templo metropolitano de Granada resultaran dañados a finales de enero, cayendo un trozo a la parte interior de la cancela que separa el templo de la plaza de Pasiegas, tras la sucesión de seísmos que se dejaron notar en la capital granadina en el marco del enjambre sísmico que ha afectado a su área metropolitana.
Con estos trabajos de prevención se han reforzado los pináculos, algunos restaurados tras la Guerra Civil, para que no se produzcan más desprendimientos. La zona del acceso principal, en la plaza de las Pasiegas, estuvo cortada al paso en el inicio de estos trabajos.
Algunos de estos pináculos tienen dos toneladas de peso sin incluir las peanas, y se refuerzan en su parte inferior con aros de pletina, que se separan de la piedra con una cinta de neopreno, que los dotan de una "fuerza extra de compresión" para evitar posibles caídas ante el "efecto látigo" de los seísmos que, al ser superficiales, provocan un cimbreo vertical especialmente dañino para este tipo de construcciones.
El grupo de trabajo que dirige Salmerón, responsable también de las obras ya terminadas en archivo y aseos para la visita pública de la Catedral, también revisó los "elementos frágiles" y decorativos de las cornisas, que se suman a los daños que, más allá de los movimientos de tierra, sufre la piedra por las "condiciones climáticas" extremas como las de Granada.
Asimismo, sustituyeron los vástagos --piezas en forma de varillas que sirven para articular o sostener otras piezas-- de hierro que van dentro de los pináculos, por otros de acero inoxidable, agregó el arquitecto al inicio de los trabajos, cuando explicó a los periodistas que algunos de estos remates piramidales están siendo desmontados.
Además se ha evaluado el estado de la construcción para un proyecto de restauración a largo plazo que Salmerón dijo que tendría que contar con un presupuesto de "cientos de miles de euros" para los que afirmó que pedirán ayuda a Gobierno y Junta, después de "15 años sin medios públicos" en que ha sido la Curia la única responsable de estos trabajos de conservación.
El informe de valoración para que la Curia pueda activar esa movilización de fondos, tras un periodo de meses sin generación de ingresos por visitas públicas a causa de la pandemia del coronavirus, lo tendrá listo el equipo de Salmerón previsiblemente este mes de junio.
TORRE MIRADOR EN LA CATEDRAL
En cuanto a la preparación de un proyecto para restaurar en su totalidad la torre del templo metropolitano y rehabilitar la parte superior como mirador, en un edificio patrimonial considerado una de las obras cumbres del Renacimiento español, también podría estar listo en próximas fechas, si bien quedaría pendiente de una tramitación administrativa que se prevé "larga" e igualmente de financiación con cargo a iniciativas como el uno por ciento cultural del Gobierno.
