El dirigente opositor venezolano Leopoldo López ha pedido este viernes a los países europeos que expresen una posición "muy clara y firme" en contra del Gobierno del presidente del país, Nicolás Maduro, y, concretamente, a España que lidere "de manera constructiva" el proceso para la "liberación y democratización" de Venezuela, con medidas como la paralización de la extradición ordenada en su contra por las autoridades venezolanas para impedir cualquier gesto de legitimación hacia el mandatario.
En un discurso de marcado cariz internacionalista, López ha denunciado una "nueva ola de persecuciones" del Gobierno venezolano contra la disidencia, traducidas en lo que describió como el "intento de secuestro" ocurrido esta semana contra el líder opositor venezolano Juan Guaidó y la detención del diputado, también miembro de la oposición, Freddy Guevara.
Ambos episodios, a su entender, que se extienden "tanto a los opositores como a sus familias", ponen de manifiesto la necesidad de que la comunidad internacional exhiba un frente unido para respaldar a la disidencia en su camino para garantizar la celebración de unas elecciones "justas, libres y verificables". En particular cuando, según apuntó, en el momento de los hechos se encontraba de visita en Venezuela una misión electoral de la Unión Europea.
"Esperamos que la Unión Europea pueda tomar una posición sobre lo que ocurre porque no se puede ser indiferente a lo que ocurre en Venezuela porque lo que ocurre iba a afectar la seguridad del continente americano", ha explicado López. "Europa tiene una inmensa responsabilidad porque mientras ocurrieron todos estos hechos había una comisión sobre el terreno el país y que se entrevistó con Guaidó y Guevara", ha añadido. "Me parece positivo que lo hayan visto de primera mano", apostilló.
Para el líder opositor, la adopción de una posición sobre Venezuela "ya no es una cuestión de solidaridad sino de responsabilidad", dado que la crisis se ha extendido más allá de los países de la región por la "migración forzosa, corrupción, narcotráfico, grupos criminales y la estructura criminal que sustenta la estructura de Maduro", para convertirse en un caso "que tiene incidencia incluso sobre países fuera del continente".
PIDE A ESPAÑA UN "LIDERAZGO CONSTRUCTIVO"
En lo que respecta a España, López ha dado la bienvenida al nuevo ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel Albares, de quien espera un comportamiento "proactivo" a la hora de desbloquear la crisis al tiempo que ha pedido al Gobierno español que rechace la solicitud de extradición en su contra por incitar, según Caracas, a la violencia en las revueltas de la oposición contra Maduro en el año 2014.
"Conocemos su compromiso con Venezuela, sabemos que conoce muy bien lo que ocurre en nuestro país y esperamos que asuma que España tenga una responsabilidad de liderar de forma constructiva el proceso de liberación y democratización de Venezuela", ha declarado el dirigente opositor.
En términos generales, López ha pedido a España que "lidere de forma constructiva" un proceso que debería culminar en la celebración de "unas elecciones libres, justas y verificables". "Esperamos que España esté en el lado correcto de la historia y creemos que se abre una nueva oportunidad con este nuevo canciller (ministro)", ha añadido.
Al insistir sobre la orden en su contra, López ha avisado de que "el destino de cualquier extraditado es la tortura, el encarcelamiento y quizás la muerte pero, además de eso, sería un regalo al dictador Nicolás Maduro al concederle un ápice de legitimidad", todavía más grave al tratarse de una solicitud "totalmente política" y sin motivo jurídico. Una vez más, López se ha puesto a disposición de la Audiencia Nacional porque "no hay nada que esconder" y ha apuntado que en ningún momento ha tramitado una solicitud de asilo político a las autoridades españolas.
Por último, López vinculó los acontecimientos en Venezuela con las recientes protestas en Cuba contra las autoridades de la isla, y aprovechó lamentar ciertas y "sorprendentes" declaraciones formuladas por la diputada de Unidas Podemos en el Congreso Aina Vidal, quien rechazaba la existencia de una dictadura cubana. "Cuando se dice que Cuba no es una dictadura, se está relativizando lo que debe ser una democracia. La socialdemocracia tiene un gran desafío: evitar que la extrema izquierda les quite su vocación democrática", ha apostillado.