Evidentemente quienes trabajan en empresas externalizadas con quien negocia es con la Junta de Andalucía que, al fin y al cabo, es la que suelta los “hierros"
Su consumo les provocaba poblemas físicos tales como náuseas, mareos y taquicardias. La venta se realizaba personas sujetas a controles, puesto que no daba positivo en los test antidrogas.