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Alcalá la Real

La Cueva del Agua, un rincón poco conocido y de gran atractivo en el paraje de Los Tajos

Situado a unos 4 kilómetros de Alcalá, cuenta en su interior con una zona de la que lentamente mana agua y se va depositando en pequeñas pozas

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  • Imagen interior de la Cueva del Agua. -

Llegan las primeras lluvias de septiembre y, tras los persistentes calores de un verano que se hace demasiado largo, llegan las ganas de redescubrir nuestro entorno, de senderear y de volver a disfrutar de la naturaleza en su lento renacimiento. Como es sabido, la ruta de los Zumaques es una de las más bellas que existen en las proximidades de Alcalá, y el paraje de Los Tajos, uno de los más recomendables para los aficionados al senderismo. No obstante, este entorno guarda ciertos rincones no tan conocidos e igualmente atractivos.

Uno de ellos es, sin duda, la llamada Cueva del Agua. Según nos explica un avezado senderista como es Javier Rubio, “podemos encontrarla a cuatro kilómetros de Alcalá, una vez pasado el antigua vertedero en dirección a Santa Ana. Se trata de una pequeña cavidad natural horadada en la roca de una pared vertical. Cuenta con una superficie de unos 25 a 30 metros cuadrados, tiene forma lenticular, muy irregular, de unos seis metros de diámetro y una altura máxima de unos tres metros más o menos”.

“A su interior se accede a través de una boca de entrada de forma circular irregular, de aproximadamente 2,5 metros de diámetro, situada a unos 2 metros de altura del suelo y orientada hacia el norte, con vistas a la aldea de Charilla. Una vez dentro, nos encontramos con un escalón natural de un metro de alto más o menos, que divide el espacio interior en dos zonas, una primera cercana a la boca de entrada, la de mayor altitud, y otra más interior con unos dos metros de altura, con el suelo inclinado hacia la primera zona”.


Imagen exterior de la Cueva del Agua.

“Justamente en el centro de la pared vertical de roca que forma ese escalón –continúa explicando Javier Rubio- hay una zona húmeda de la que muy lentamente mana agua, (fundamentalmente en las épocas de lluvia), ésta se va depositando en unas pequeñas pozas redondas excavadas por la mano del hombre en el suelo de la cueva, que están unidas entre sí por pequeños canales, los cuales a su vez la desalojan hacia el exterior cuando las pozas se llenan de agua”.

“En su interior alguien ha dejado una pequeña figura de la Virgen cubierta por una cúpula de cristal. También se comenta que se usó como refugio durante la Guerra Civil, y posteriormente como morada de maquis. Es fácil llegar hasta ella, quizás lo más complicado sea localizar su ubicación, ya que se encuentra muy oculta por la vegetación y la maleza. El entrono natural que la rodea es de singular belleza. Es muy recomendable ir equipado con ropa larga y calzado apropiado (zapatillas o botas de trekking o similar) y bastones de travesía, ya que el terreno tiene bastante desnivel y es muy resbaladizo”, nos aconseja Javier, tras describirnos de forma acertada este pequeño casi desconocido tesoro de nuestro entorno natural.

 

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