El Instituto Español de Oceanografía y la ONG de conservación marina Oceana han desarrollado un método por el que mediante algoritmos estadísticos han logrado crear mapas continuos de los habitat del fondo marino, que podrían facilitar la gestión de las áreas protegidas.
El método se ha logrado en el marco de un estudio sobre el Seco de los Olivos, que es una montaña submarina de 600 metros de altura que está situada en el Mar de Alborán, situada al sur de Almería. La zona, que está protegida, forma parte de la Red Natura 2000.
El mapeo de los hábitat profundos podría favorecer la gestión y conservación tanto de esta como de otras zonas protegidas, según la investigación, que publica la revista científica Aquatic conservation, 'Marine and freshwater ecosystems, un mapa de los hábitats profundos del Seco de los Olivos'.
El método utiliza algoritmos estadísticos para generar mapas continuos de los hábitats del fondo marino mediante la combinación de datos visuales y geológicos, se emplea por primera vez en el Mediterráneo y puede convertirse en un modelo internacional para mejorar la gestión de las áreas marinas protegidas.
El director de investigación de Oceana Europa, Ricardo Aguilar, ha explicado que solo el 3 por ciento de las áreas marinas protegidas en el mundo cuenta con sistemas de gestión eficaces que tengan en cuenta el ecosistema en su conjunto y aborden todos los impactos posibles.
"La mayoría no tienen planes de gestión o se centran en unas pocas especies o hábitats, y tampoco regulan todos los impactos potenciales. Esta falta de gestión las convierte en 'parques de papel'", ha destacado.
El Seco de los Olivos fue protegido en 2014, dentro del proyecto LIFE+Indemares. Actualmente se está desarrollando el plan de gestión, que definirá las actividades y usos que se pueden realizar en la zona y asegurará al mismo tiempo un adecuado nivel de protección de los ecosistemas vulnerables.
En el nuevo modelo 3D desarrollado, cada color se refiere a una comunidad biológica distinta y todas albergan especies estructurantes y gran biodiversidad. La distribución de todos estos ecosistemas vulnerables ocupan la mayoría de la montaña submarina, lo que pone en evidencia que se trata de un punto caliente de biodiversidad en el Mediterráneo.
La investigadora contratada del IEO y la científica que ha liderado el trabajo, Ana de la Torriente, ha destacado que los resultados obtenidos en el Seco de los Olivos servirán para definir el plan de gestión de esta zona protegida y que este método se puede ser "un modelo a seguir en otras zonas marinas protegidas" y en particular en la Red Natura 2000.
La definición de los hábitats profundos ha sido posible después de varias expediciones científicas que han muestreado los fondos del Seco de los Olivos o Banco de Chella durante casi diez años. Por medio de robots submarinos, sistemas de sonar de barrido lateral, dragas y recogida selectiva de muestras se han identificado 13 hábitats principales.
En el Seco de los Olivos se puede encontrar ecosistemas y hábitats vulnerables como el coralígeno, los lechos de rodolitos, los bosques de gorgonias y corales negros, los arrecifes de corales de aguas frías, los corales bambú, los fondos de plumas de mar, las agregaciones de esponjas de cristal, etc. Todas estas comunidades faunísticas cumplen con los criterios definidos por la FAO para Ecosistemas Marinos Vulnerables (VME en sus siglas en inglés).
Además, alberga especies protegidas como la ballena piloto (Globicephala melas), el delfín mular (Tursiops truncatus), la tortuga boba (Caretta caretta), el tiburón cerdo (Oxynotus centrina), el quelvacho (Centrophorus granulosus), los corales árbol (Dendrophyllya spp.), la gorgonia candelabro (Ellisella paraplexauroides), la esponja cáliz (Calyx nicaeensis), la esponja carnívora (Lycopodina hypogea), la caracola tritón (Charonia lampas), el santiaguiño (Scyllarus arctus), etcétera.