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Almería

La acusada de asesinar a su hijo en Almería dice no recordar nada

"Recuerdo cuando estaba rodeada por la Guardia Civil, o sea, cuando estaba en el vehículo y me dio el alto la Guardia Civil"

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  • Ana María B. -

Ana María B.L., la mujer que se enfrenta a prisión permanente revisable por el asesinato de su hijo de 7 años, Sergio, ha asegurado hoy que no recuerda haber acabado con la vida del menor y ha apuntado que sufría un brote psicótico agudo transitorio por el que sigue recibiendo tratamiento en prisión.

Así lo ha asegurado durante la primera sesión de la vista oral con jurado popular celebrada este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería, en la que la acusada ha respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal, las acusaciones particulares ejercidas por el padre de Sergio, los tíos y abuelos del niño, y su propia letrada.



"Recuerdo cuando estaba rodeada por la Guardia Civil, o sea, cuando estaba en el vehículo y me dio el alto la Guardia Civil. Pero en ningún momento me quise dar a la fuga, a la huida. No escuchaba lo que decían. Veía que me hacían gestos con las manos, que me decían cosas pero mi mente estaba tan nublada en ese momento que no fui capaz de reaccionar, me quedé bloqueada", ha dicho.

Ha mantenido que sólo recuerda a partir de ese momento lo ocurrido el 10 de octubre de 2019, y a preguntas de la fiscal María Ángeles González Magán ha reiterado que no recuerda haber acudido al cuarto de baño, coger un lazo de bata de color azul y asfixiar con él a la víctima, aún cuando en sus primeras declaraciones realizó este relato.

"Hay cosas que no recuerdo, es como un mecanismo de defensa según me ha explicado el psiquiatra que me ve. Tengo tanto parte psiquiátrica como psicológica en la prisión, me ven con mucha frecuencia. Lo tengo todo como en una cápsula, bloqueado, encapsulado", ha manifestado la acusada.

Tampoco recuerda si el niño estaba despierto cuando se produjo la muerte, sobre las 08:30 horas, o si pidió a una vecina ayuda para meterlo en su vehículo. La respuesta ha sido similar sobre el trayecto realizado desde su domicilio en Huércal de Almería hasta Las Norias de Daza, en El Ejido (Almería).

"Recuerdo cuando me vi en Las Norias, rodeada no sé por cuántos guardias civiles. Me decían cosas, me hacían gestos con las manos y decían cosas", ha relatado, apuntando que no sabía lo que le pedían por el "estrés, angustia y agonía" que sentía.

Sobre por qué llevaba una mochila con el lazo con el que fue asfixiado el niño y 1.400 euros, ha apuntado que siempre llevaba con ella dicho objeto, y que siempre tenía ese dinero "encima" porque si no se lo hubiesen quitado en el banco.

Respecto a por qué fue a la casa de la expareja de su padre con el niño, ha reiterado que no recuerda el motivo, y que no llamó a ningún servicio de emergencias. Al ser interpelada sobre la razón de ir a Las Norias y no al hospital, ha respondido: "Es que no lo sé, no sé por qué hice eso".

Ha negado que amenazase en algún momento con acabar con la vida del niño, arrojarlo a un pozo, huir con él para evitar que se fuese con su padre, etc. "Nunca dije nada a mi hijo, no veía conveniente decir cosas en contra de su padre a un niño tan pequeño", ha mantenido.

Ha apostillado que actitudes como enviar 185 mensajes de WhatsApp, llamar a su expareja o personarse en casa de los abuelos del menor eran evidencias de su estado mental, admitiendo que conocía las denuncias por acoso y coacciones de la familia paterna de Sergio. También ha negado que no llevase por sistema al colegio al niño o pidiese a los vecinos que le diesen de comer.

Sobre la denuncia por violencia de género interpuesta al padre en 2017, ha resaltado que la presentó justo cuando se le diagnosticó un primer brote psicótico agudo transitorio, y que quiso retomar la relación con él para tener un trato "normal y cordial" por el niño.

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