Puede parecer a simple vista que no viene a cuento una campaña de ese tipo que sólo iba a dejar en la cuneta a casi la mitad de los que ya se cuentan entre los que trabajarán por la ciudad, o más de la mitad si cuaja el nuevo llamamiento.
Pero nada más lejos de la realidad. Y es que no se trata del número, sino de la calidad, no porque algunos no se merezcan ocupar ese puesto sino porque esos puestos obedecen a necesidades específicas en los distintos campos de actuación. Sirva el recordatorio para que no se sientan desplazados los no elegidos y sepan que el simple hecho de intentarlo ya ha sido bueno.