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La búsqueda incansable del bien común

Sol Cruz-Guzmán, arquitecta y diputada del PP pde Sevilla en el Congreso, nos habla de la necesaria dignificación de la política

Publicado: 06/12/2021 ·
18:15
· Actualizado: 06/12/2021 · 19:34
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  • Congreso de los Diputados. -
Autor

Sol Cruz-Guzmán

Arquitecta de profesión por la ETSA Sevilla. Diputada por Sevilla en el Congreso de los Diputados

Cámara Baja

Cámara Baja es un espacio en el que se trata la actividad política en el ámbito local, regional y nacional

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Hace justo una semana tenía la oportunidad de participar en las semanas sociales que organiza la Conferencia Episcopal Española desde 1906. Dos años después, Sevilla fue la ciudad de acogida, que con su chispa de creatividad andaluza se dijo que se había convertido en un Concilio. Este año Sevilla vuelve a ser anfitriona bajo el lema “La regeneración de la vida pública. Una llamada al bien común y a la participación”. Un tema de actualidad que pudimos debatir en nuestra mesa desde el ámbito de la actividad política, donde tuve el lujo de compartir ideas con Manuel Alejandro Cardenete, Carlos García Andoni y nuestro magnífico moderador Diego García Cabello. Lúcidas reflexiones de las que aprendimos, donde cada uno defendió su postura y sus ideas, pero que tuvieron un nexo común en el que coincidíamos, la necesidad del dialogo, de la búsqueda de puntos de encuentro que permitan a nuestra sociedad avanzar.


Resumía mi intervención con dos conclusiones. La primera, la de alertar del peligro de confundir la suma de bienes particulares con resultado de un bien común. La suma de once bienes particulares siguen siendo once bienes particulares. Una acción que, sin embargo, vemos cómo se repite ante las negociaciones desproporcionadas con partidos minoritarios, que tienen como consecuencia unos inadmisibles desagravios entre territorios. Lo hemos visto en la tramitación de los presupuestos generales, pero también en numerosas leyes que se quedan incompletas al no escuchar ni hacer partícipes a quienes representan a una gran parte de los españoles. Necesitamos más generosidad en las negociaciones, más altura de mira para desarrollar proyectos a medio plazo y más debate sobre proyectos e ideas, en vez de hacerlo sobre siglas.


Y una segunda conclusión que se convertía en una petición al público asistente y al que nos seguía a través de las redes. La necesaria reivindicación de la actividad política. Son miles los alcaldes, concejales, portavoces que, sin recibir nada a cambio más que la satisfacción de desarrollar un trabajo que les apasiona, el desarrollo de la actividad política en su localidad para mejorar la calidad de vida de sus vecinos, los que se dejan la piel todos los días, quitándole tiempo a su trabajo, familia y amigos. Con todos ellos, sean del grupo político que sean, la sociedad está en deuda.


Necesitamos volver a confiar en los políticos, en la política basada en el diálogo y en el consenso, y animar a los ciudadanos a que sean parte activa de ella. Pasar hoy de la crítica del sofá, a la movilización activa es más fácil que nunca a través de las nuevas tecnologías. La política también esta ávida de vocaciones.


Solo me queda animar a la Conferencia Episcopal Española y a todos los que han hecho posible el desarrollo de estas semanas sociales, que continúen con esta necesaria apertura del pensamiento cristiano a la sociedad, y al mismo tiempo agradecer que hayan propiciado nuestro compromiso a emularlos desde la acción política, sin alejarnos de lo que nos hace converger a ambos colectivos, la búsqueda incansable del bien común.

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