Aladdin es un espectáculo visual y musical con una duración de dos horas y un amplio repertorio de actores, más de una veintena, sobre el escenario y que está enfocado a los públicos de todas las edades. Bajo la dirección de Cristina Fargas, hará cinco funciones en San Feranando, una apuesta que no se ha hecho de principio en ninguna de las demás ciudades en que se va a representar, al menos por ahora, y que tiene su explicación en el éxito cosechado el año pasado por el montaje Peter Pan.
Se trata del cuento clásico ambientado en Arabia, pero con guiños a la actualidad, entre otras cosas porque el protagonista es un hacker, pero con todos los personajes de la historia original, un genio que en esta ocasión sale de un programa informático, un malo muy malo y una linda princesa que se enamora de Aladdin a primera vista. Eso sí, se han eliminado aquellas escenas que pudieran ser violentas, adaptándolas al mundo de la informática de forma que sean un desafío entre jugadores.
Ayer de mañana tuvo lugar en la Fundación Municipal de Cultura la presentación de la obra a cargo del productor, Tomás Padilla y del director adjunto, Jordi Vall. La obra ya tiene contratos hasta la primavera del 2010, según el productor.
