Stoner dominó en entrenamientos, como lo había hecho durante la pretemporada y, a pesar de diversos acontecimientos en los primeros giros de carrera, no tardó demasiado en ponerse al frente de la misma.
Lo que todo el mundo presagiaba se estaba produciendo. Stoner era líder y se marchaba en solitario en pos de su primera victoria de la temporada, pero esa seguridad en su superioridad fue la que le jugó la peor pasada posible.
Él mismo reconoció desde su taller que se había equivocado. El fallo humano le entregó en bandeja la victoria a su peor rival, a Valentino Rossi, quien aunque encontró una fuerte oposición en su compatriota Andrea Dovizioso sabía que el triunfo en Qatar era un regalo de oro, por lo inesperado.
En Qatar también quedó claro, a las primeras de cambio, que aunque no exista comunicación entre los talleres de Rossi y Lorenzo, el español estará delante durante toda la temporada.
No pudo hacer los últimos entrenamientos del año pero dio lo mismo, puesto que Lorenzo, tercero en las pruebas oficiales de Losail, supo sacar fuerzas de su debilidad para dejar en la estacada a todos sus rivales en las últimas vueltas y colocarse tras el campeón del mundo en el podio. Cerca, muy cerca.
Otro panorama se presenta, inicialmente, para Daniel Pedrosa. Su moto no va como debiera y eso quedó de manifiesto en la pista, tanto en entrenamientos como en carrera.
El conjunto chasis, motos y suspensiones de la Honda RC 212 V se retuerce como poseído cuando Pedrosa abre a fondo el acelerador y eso la hace muy difícil de pilotar en condiciones extremas.
Pedrosa cumplió como el gran campeón que es. Salió impecable y espectacular desde la tercera línea para llegar al liderato al final de recta, pero ahí ya fue otro cantar. Mantenerse al frente de la carrera fue misión imposible.