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¡Qué cosas!

El ‘procés’ y los procesos

Porque los sucedido en torno al 1 de octubre dejó enseñanzas  que no se deberían olvidar nunca

Publicado: 08/10/2023 ·
12:22
· Actualizado: 08/10/2023 · 17:11
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  • Protestas tras la represión (archivo). -
Autor

Juan Diego Morales Arroyo

Juan Diego Morales Arroyo es periodista y ocupa el cargo de director de contenidos de viva Málaga

¡Qué cosas!

En el blog 'Qué cosas' se hace un análisis de lo que ocurre, lo cotidiano más increíble. El porqué si eso, otro día

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Dicen voces desde la derecha que con la posibilidad de una amnistía a los independentistas implicados en el follón del procés el PSOE busca la amnesia de los españoles. Esperemos que no, porque los sucedido en torno al 1 de octubre, con epicentro en Catalunya, pero realdiad en todo el país,  dejó enseñanzas  que no se deberían olvidar nunca. Por un lado, lo fácil y lo peligroso que es jugar con los sentimientos de las personas, de los alineados en una u otra parte, por encima de la razón y del progreso (lo intentos secesionista  son casi siempre puros ejemplos de involución); que la represión mediante la violencia policial pocas veces resuelven los conflictos enquistados; que no se puede  jugar con la suspensión de las garantías constitucionales de los territorios reconocidos en la Constitución y que, pese a quien pese, conforman y cada vez más, el mapa de la nación (y esto es también tanto para unos como para oros); que no se puede fomentar a golpe de “a por ellos”, el frentismo territorial y popular; que si la gente quiere expresarse, y sobre todo, con algo tan democrático como tomar la palabra en las urnas, hay que respetarlo y habilitar la fórmulas para que transcurra desde la legalidad, la constitucionalidad, y de nuevo la racionalidad, no la nacionalidad, por muy histórica que sea; que dar palos es fácil, pero que convencer y pacificar es otra cosa; nos enseñó los recovecos de una Justicia que, al final, casi siempre se sabe por dónde va a salir, y según el casado, siempre suele ser una dirección única que no conduce sino al abismo; que mejor de acuerdo que por separados, aunque suponga llevarnos a todas y todos a terapia; nos enseño, además, que los errores políticos propiciados por el empecinamiento en las posturas ciegas e intransigentes trascienden en el tiempo mucho más allá del propio proceso, errores de partidos ciegos, que se llaman rectos y solo son portadores de una moral única y excluyente, tardan en ser reparados, y que el arreglo, nunca sale a buen precio, como la fama, que cuesta. Lo mismo ahora, se está a punto de dar una vuelta de tuerca dura, complicada, que puede parecer, sobre todo a las mentes que siguen en la cuadrícula de su intransigencia, excesiva, pero que no por ello es menos necesaria, porque la sanación requiere siempre, tomar por el camino que haga falta (desde la constitución, desde la concordia, desde la razón) y no tirarse al monte o tomar por la calle de en medio evocando aquello de “Santiago y cierra España”. Ya se sabe, “els pobles que obliden la història estan condemnats a repetir-la”.

 

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