A la calle, a la calle ¡Ya!

Publicado: 14/02/2024
Autor

J. S. Canales

Periodista onubense con más de medio siglo de carrera profesional y una gran dedicación a su tierra, autor de varios libros y reconocido con el Premio de Periodismo Ciudad de Huelva en 2008

Al compás de Huelva

Plasma la historia reciente de Huelva y toma el pulso de la actualidad onubense, además de ser un altavoz de las necesidades de la capital y la provincia

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A la calle, con una sola pancarta: “No queremos ser demasiado viejos para viajar en AVE. Y un aeropuerto de cara al turismo y a la salvación del litoral"
La verdad es que ni me podía esperar que esta Huelva que tanto tiene y, o no sabe aprovechar tantas oportunidades y tantas riquezas y, sobre todo, en suma, tanto potencial natural, cuando sin el más mínimo escrúpulo por parte de quienes han tenido la osadía y/o el desprecio de afianzarnos en el pasado de, poco más o menos, los trenes de vapor, y la poca vergüenza de decir ¡amén! por estos paisanos onubenses de toda la vida, cuando –insisto- ahora desde Madrid, aunque dicen que desde Europa, que no me lo creo, que seamos buenos y pacientes y que si queremos viajar en AVE sigamos haciéndolo a través de la Sevilla siempre al loro. La verdad es que hasta me da vergüenza en casos como éste haber nacido en esta bendita tierra que nos regaló la madre Naturaleza…

Sí, porque cuando uno se entera de la facilidad con que ambos gobiernos se suben los sueldos y quienes más ganan, por muchos puestos de trabajo que creen -empresarios y políticos- siguen cuestionando un salario mínimo interprofesional de miseria, y cuando la sanidad sigue soportando toda clase de vaivenes, y cuando -no salgo de mi asombro- los ex de la Junta de Andalucía -premio a la imaginación- quieren seguir ganando dinero con ese despacho que les ofrecen, y me imagino las secretarias, y, por supuesto, los coches y los guardaespaldas, resulta que, por lo visto, a la inmensa mayoría (¿) no les importa seguir yendo a Madrid en coche hasta Sevilla y avión o AVE hasta Atocha. Increíble pero cierto.

Sí, mientras, ilusión hasta la médula con eso del hidrógeno verde, para la generalidad algo así como un  nuevo maná y/o un segundo Plan de Desarrollo y, a nivel local y cercanías, un segundo Polo de Promoción Industrial y luego de Desarrollo Industrial, como hace 60 años que cambiaron la Punta del Sebo y la hoy avenida reconvertida por obra y gracia del Puerto de Huelva, la obra maestra de esta Huelva de los primeros 20 años del siglo XXI, que ha vuelto a ilusionar recordando y vendiendo turísticamente hazañas tan singulares como al descubrimiento de América gestado en La Rábida, y desde sus aguas, la salida de una expedición aérea en 1926 para cruzar el Océano Atlántico hasta llegar a Buenos Aires, donde el histórico hidroavión permanece allí como regalo de España -¡vaya proeza de los autores de gesto tan generoso!-, aunque el aparato en cuestión debió haber retornado a Huelva y ahora, al cumplir sus 100 años  poderlo admirar entre La Rábida y La Punta del Sebo de don Cristóbal Colón y los Hermanos Pinzón, y para que ambos símbolos se mirasen de reojo diciendo al mundo  que desde allí todo empezó dos veces, como ahora se dice por fin.

Sí, resulta más que difícil asumir algo peor que esa indolencia que nos viene caracterizando después de aquel largo paréntesis del Polo y del Plan de Promoción Turística de Huelva, algo que activó una dormidera de años, pero que desde siempre desde Madrid y ahora, con matices, desde Sevilla, lo que como mano negra nos acecha en materia de infraestructuras, y nos retrotrae a aquel ya inolvidable 3 de marzo de hace un cuarto de siglo y desde donde partió aquella marea humana. La Universidad era una quimera y arréglatelas como puedas en Sevilla, Cádiz y Madrid. Hoy tenemos universidad, digan lo que digan, gracias a esa iniciativa popular que urge tener una segunda y decisiva edición para acabar con tantas infraestructuras, empezando por las ferroviarias, totalmente empobrecidas, y solo una autopista para ir tirando.

El panorama, señores diputados y senadores, y centrales sindicales, y oenges, y pueblos en general, que vemos como núcleos de población se van despoblando, a qué esperan para ese que podría ser, ¡ya!, ese nuevo 3 de marzo, que, además, cae en domingo y no alteraría demasiado las economías. Sí, sí, no lo duden: a la calle, con una sola pancarta: “No queremos ser demasiado viejos para viajar en AVE. Y un aeropuerto de cara al turismo y a la salvación del litoral”. Sí, porque lo demás nos está llegando por añadidura y una lógica más que convincente, y ha demostrado del 8 al 10 de febrero en ese Congreso Nacional de Hidrógeno Verde para garantizar nuevas opciones energéticas sostenibles.

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