Con motivo de cumplirse este 14 de abril el 93 aniversario de la proclamación de la Segunda República, voy a continuar con algunos artículos más reseñando hechos históricos relacionados con la España de los años 30 y 40. Espero, querido lector, que siga leyéndome porque a lo largo de los próximos artículos irá descubriendo muchas historias que yacen olvidadas por el paso de los años y que merecen la pena traerlas a nuestra memoria.
En esta ocasión, quiero recordar una parte de la historia de la gran Guerra Mundial donde tuvieron participación combatientes españoles. Se trata de una compañía que se llamó
La Nueve y donde muchos de sus componentes eran españoles republicanos que lucharon junto a los franceses por la liberación de Francia en la Segunda Guerra Mundial.
La Nueve fue el nombre asignado popularmente a la 9ª Compañía de la 2.ª División Blindada de la Francia Libre, también conocida como División Leclerc. Se trató de una compañía bastante destacada al estar formada casi íntegramente por una unidad de choque del ejército aliado, formada por 150 exiliados españoles, que protagonizaron algunas de los momentos clave de la Segunda Guerra Mundial, como la liberación de París, la toma de Estrasburgo o el asalto final al Nido del Águila de Hitler en los Alpes Bávaros.
La Nueve se creó oficialmente el 24 de agosto de 1943 en África, a donde habían llegado decenas de miles de españoles exiliados tras la Guerra Civil, en unos casos de manera directa desde Valencia y Alicante y en otras tras haber pasado por campos de refugiados en Francia.
Los soldados de
La Nueve fueron, hace más de 80 años, los primeros en entrar en París para liberarlo de la ocupación nazi. Y lo hicieron bajo dos banderas tricolores, la de la Segunda República española, su país, y la de Francia, la que acogería como paisanos a los supervivientes de esta legendaria unidad del Ejército de Liberación al acabar la Segunda Guerra Mundial.
Alrededor de setenta miembros de
La Nueve fueron los primeros en llegar a las nueve de la noche del 24 de agosto de 1944, al Ayuntamiento de París, donde se habían atrincherado miembros de la resistencia y ciudadanos, para liberarlo. En los vehículos de las fuerzas aliadas podían leerse rótulos como
Guadalajara, el primero en llegar,
Ebro, Belchite,
Teruel,
Brunete o
Jarama, nombres de batallas de la guerra civil que los republicanos habían pintado en los capós. Y, unas horas después, tres de sus integrantes, detenían a Dietrich Choltitz, el comandante de las fuerzas de ocupación nazis, en el Hotel Meurice, donde estaba instalado el alto mando alemán.
El general nazi y su estado mayor fueron capturados por un extremeño (Antonio Gutiérrez), un aragonés (Antonio Navarro) un sevillano (Francisco Sánchez) y un valenciano (teniente Amado Granell) entre otros apoyos, quienes lograron romper el cerco defensivo y subir hasta el primer piso del hotel. Sin embargo, tuvieron que retenerlos, encañonados, hasta que un oficial francés formalizara el arresto. “Antes de salir de su guarida, el general se quitó su reloj y se lo regaló a Gutiérrez, agradeciéndole haber respetado las leyes de la guerra”.
Tras participar en la liberación de París, donde escoltaron al general Charles De Gaulle en el desfile de la victoria, y descansar una semana, el periplo bélico de
La Nueve se prolongaría durante otros nueve meses, hasta primeros de mayo de 1945, con dos hitos: su participación en la campaña de Alsacia, los combates en los que más bajas sufrió la unidad hasta que cayó Estrasburgo, y la toma del Nido de Águilas, el refugio de Hitler en los Alpes bávaros, operación en la que varias secciones de la compañía intervinieron como escolta de la retaguardia en la
limpieza del desfiladero de Inzell.
La Nueve tiene un punto de Brigada Internacional. Cuando fue creada la práctica totalidad de sus 160 miembros eran españoles, pero cuando acaba su participación en la guerra había pasado por ella 300 soldados de catorce nacionalidades: chilenos, belgas, checoslovacos, brasileños, húngaros, e incluso italianos y alemanes. Ninguno de los reemplazos era español.
La historia de estos héroes se vio oscurecida durante décadas por dos motivos: en España, por el silencio bajo el que el franquismo sepultó la participación de los republicanos en las fuerzas aliadas (la dictadura se quejó formalmente a Francia por la participación de
La Nueve en el desfile de París); y en Francia, por el relato oficial de corte nacionalista que se impuso en la posguerra.
Ese relato oficial silenció la participación de fuerzas extranjeras en la liberación de Francia. La memoria de los españoles y de otros miembros de esas unidades, no comienza a recuperarse hasta los años 70. Hay tres sujetos históricos que fueron vitales para la liberación de Francia y que han sido sistemáticamente olvidados: los extranjeros, las mujeres y las fuerzas coloniales.
Ahora se aboga por recuperar la historia de gentes sencillas, del común, que hicieron cosas extraordinarias en una época extraordinaria.
La Nueve fue una compañía histórica que fue olvidada. Sin embargo, en los últimos años, su historia ha sido recuperada y celebrada. Muchos combatientes de
La Nueve tenían entre 17 y 20 años durante la Guerra de España cuando tomaron las armas para luchar contra el golpe de estado franquista. Perdieron la guerra y se exiliaron en Francia. Ese fue el inicio del periplo de los integrantes de
La Nueve. Pero el viaje no había hecho más que comenzar para los futuros libertadores de París, la mayoría de ellos, comunistas o anarquistas, se unieron a la legión y fueron enviados a Argelia, Túnez y luego a Marruecos, donde se entrenaron con la 9ª Compañía del Regimiento de la Marcha del Chad. A principios de agosto, después de una estancia en Inglaterra, desembarcaron en Normanda y avanzaron hacia París con la certeza de vengarse del fascismo que se había extendido a su país.
Fueron necesarios 60 años para que saliera a la luz la verdad. En 2004 se inauguraron en París las placas que trazan el curso de
La Nueve. Seis años más tarde, la ciudad concedió la
Medalla de la Villa de París a los tres únicos supervivientes, Rafael Gómez, Luis Royo y Manuel Fernández. En 2014, una marcha por el mismo camino reunió a más de 1.500 personas, a petición de la asociación del 24 de agosto de 1944. "Los primeros soldados de la Francia libre fueron españoles", reconoció entonces el secretario francés de Estado Kader Arif ese día. Era el comienzo del recuerdo y la gloria de esos valientes hombres por Francia. Esta es la historia de unos hombres con ideales de izquierdas que dieron, incluso su vida, por la liberación de Francia luchando contra el nazismo.