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Okupan una finca de la calle Rosario con su propietaria dentro

La dueña del inmueble, que finalmente ha ingresado en una residencia de ancianos, llevaba tiempo recluida en una habitación de su casa de vecinos

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  • La finca de la calle Rosario afectada. -
  • La Policía convenció a los okupas para que abandonaran la casa voluntariamente y los operarios de Infraestructuras tapiaron puertas y ventanas
  • Esta es la tercera finca en la que interviene el Ayuntamiento de Jerez en solo 15 días
  • Los vecinos y los bares de la zona llevaban tiempo llamando a la Policía Local alertando de los problemas de seguridad

Las okupaciones ilegales de fincas y el vandalismo y los problemas de inseguridad que traen consigo están dando más de un quebradero de cabeza al Ayuntamiento de Jerez. El Gobierno municipal se ha visto obligado a actuar en hasta tres de estos inmuebles en pleno centro de Jerez en 15 días.  

Tras las intervenciones en Don Juan, 7 y Honsario,17, prácticamente casi seguidas a mediados de agosto, en los últimos días los operarios de Infraestructuras, en colaboración con la Policía Local, han tenido que tapiar las ventanas y la puerta del número 5 de la calle Rosario. En este caso la actuación ha sido más compleja y delicada que las anteriores y ha hecho que Servicios Sociales también tome cartas en el asunto después de que su propietaria, en edad avanzada y con las facultades mentales afectadas, llevara un tiempo lanzando bolsas de basura a la calle e incluso lejía a la vía pública, protagonizando, además, otros episodios conflictivos.

Recluida prácticamente en una habitación, en los últimos días la situación se había agravado con la entrada de okupas en una finca que se encuentra en condiciones “deplorables” e insalubres. Preocupados porque este enclave no se convirtiese en un punto negro y un foco de inseguridad, la Asociación de Vecinos La Albarizuela y restaurantes de la zona habían empezado a movilizarse y habían requerido en más de una ocasión a la Policía Local.

En los últimos días, la propia delegada de Servicios Sociales, Yessica Quintero, acudía personalmente a la casa, a requerimiento de los vecinos, además de dos patrullas de la Policía Local, que convencieron a los okupas para que se marcharan voluntariamente. Eso sí, los agentes se llevaron las manos a la cabeza por el cúmulo de excrementos y la suciedad que se acumulaba en su interior. Poco tiempo después, asistentes sociales localizaban a la propietaria en la calle y la llevaron a su casa, convenciéndola también para que ingresara en una residencia de ancianos.

Ese mismo día los operarios de Infraestructuras terminaban de tapiar las ventanas que quedaban pendientes. Los vecinos esperan ahora que cesen los conflictos en la calle y estarán alerta para que estos episodios no vuelvan a repetirse. También se están asesorando por si toman medidas legales.  

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