Adrián tiene seis años. Con apenas 18 meses le detectaron síntomas propios del Trastorno del Espectro Autista (TEA) que, en su caso, se manifiestan a través de un comportamiento “muy rígido, pero no desde el aislamiento”, señala su padre, Juan Antonio López.
Hasta el curso pasado estuvo en el Colegio La Salle Mundo Nuevo, pero el Equipo de Orientación Educativa (EOE) dictaminó que no podía pasar a 1º de Primaria, por lo que aconsejaron a sus padres que repitiera curso en otro centro con menos alumnos, donde podrían atenderlo mejor. “Él habla con nosotros, entiende las emociones, cognitivamente no tiene problemas, pero necesita más tiempo que los demás para lograr los objetivos”, explica, por lo que decidieron seguir el consejo de los técnicos y buscarle un nuevo centro.
Lo escolarizaron en el CEIP San Vicente Paúl, en la zona sur de Jerez, cerca de casa, y “el cambio ha sido tremendo. En su aula hay menos alumnos de lo previsto en la ratio y los profesores además poseen titulación técnica para atender casos como el suyo”.
En paralelo, Adrián va por las tardes a una sesión de logopeda, a terapias grupales, a una neuropsicóloga y a clases de apoyo escolar. En total unos 400 euros extra para ayudar a su hijo a avanzar en su formación personal.
Sin embargo, a inicios de este mes, el EOE mantuvo una reunión con los docentes del colegio y con los padres de Adrián para trasladarles que, tras una evaluación del menor, consideraban que lo mejor era llevarlo a un aula específica. “La reacción de los profesores fue decir que si la Consejería de Educación adjudicaba un nuevo PTIS (Personal Técnico de Integración Social) al centro, no había problemas para que mi hijo pasara a 1º de Primaria y siguiera adelante con su aprendizaje, ya que necesitaría de ese apoyo”, expone Juan Antonio.
Sin embargo, la respuesta de la Junta al centro sigue siendo negativa, ya que no es la primera vez que lo reclaman. “Hemos ido a Cádiz a plantear la situación y nos insisten en que la solución pasa por el aula específica, algo que consideramos contraproducente después de los avances de Adrián en este curso”, lamenta Juan Antonio, quien además subraya que las aulas específicas existentes en Jerez “están desbordadas, tienen más alumnos de lo previsto en la ratio”.
“Me he ofrecido a pagar al PTIS para que vaya al centro, y tampoco está permitido”, por lo que su segunda petición pasa por crear un aula específica en el San Vicente Paúl para que Adrián no abandone ese entorno tan positivo. Además, “se da la incoherencia de que el EOE nos dice que los cambios la vienen mal a mi hijo, y ahora me piden que lo cambiemos”, critica. Y todo eso, relata, pese a los escritos de los terapeutas que asisten a su hijo a diario “que respaldan que lo más beneficioso para él es que siga en el mismo colegio”.
La cuestión es que el 31 de marzo acaba el plazo de matriculación para el próximo curso “y no sabemos en qué centro va a estar el próximo curso porque las aulas específicas que hay en Jerez están saturadas y no pensamos llevarlo a otro colegio”, nos comenta la madre de Adrián, frustrada ante el hecho de que “con el gran avance que ha dado nuestro hijo durante todo este curso, que nos digan ahora que no puede seguir porque no hay PTIS es más que preocupante”. Su demanda, no es la única.
