Sin embargo, este año será recordado por atenderse a la petición popular para que los copatronos isleños saliesen en parihuela y con cargadores, a diferencia de en la tradicional carreta en la que lo venía haciendo en ediciones precedentes.
Otra de las imágenes de la jornada fue la presencia de menos público en las calles, debido fundamentalmente a la amenaza de lluvia que se había anunciado a lo largo de todo el fin de semana y que, finalmente a la hora de la salida procesional, no se confirmaron y no cayó una gota.
Tampoco faltó la presencia de la Asociación Hípica de La Isla, que con la participación de numerosos jinetes y caballos dio colorido a una celebración que sin ellos perdería parte de su sentido.
Tras las tradicionales ofrendas florales en las asociaciones de vecinos afincadas en el barrio de Gallineras, el paso en parihuela de los copatronos se encaminó hacia el Cerro de los Mártires, donde se produjo la subida de la cuesta y el ya tradicional reencuentro con la marinera Virgen del Carmen para proceder al rezo del Angelus con presencia de autoridades locales, entre ellas la del alcalde isleño, José Loaiza.
Fue el pistoletazo de salida a una jornada lúdico-festiva en la que, una vez más, los frutos secos se erigieron en los grandes protagonista de la tradicional e isleña Romería del Cerro.
