La expresión artística del cubismo en la pintura de Pablo Picasso ha encontrado un referente en el mundo del automóvil con el monovolumen de Citroën, el C4, que se distingue de la gama de berlinas con el nombre del genial creador malagueño.
Ya son tres -con lo que esta especie de cubo rodante toma la fórmula exponencial de su elevación al cubo- las generaciones de este modelo, que arrancó con la saga del Xsara, y en las dos siguientes, se ha apuntado a la nueva denominación de la gama de compactos C4 de la casa francesa.
El nuevo C4 Picasso, un nuevo producto para todos los mercados de la factoría de Vigo, es decir hecho en España, rompe moldes con el anterior y, puede que sea el menos cúbico de la serie, pues las angulosidades y curvas del predecesor han dejado paso a una arquitectura más rectilínea y poseída de más sentido deportivo, pero con un toque de elegancia bastante refinado.
A un exterior atractivo, sigue en el orden explicativo un interior impactante a primera vista, no por lo recargado, sino, todo lo contrario, por su sencillez y practicidad, si bien la familiarización con algunos elementos ha de emplear algo de tiempo, sobre todo por la abundancia de dispositivos en el volante.
Es un monovolumen, coche, primordialmente, de filosofía familiar, y por ello la carga encuentra respuestas adecuadas en una capacidad del maletero de 537 litros (40 más que en el modelo anterior), que pueden aumentar hasta los 630 si se desplaza hacia adelante la segunda fila de asientos. Por supuesto, todo ello complementado con toda una variedad de huecos portaobjetos y varias guanteras diseminadas por el habitáculo, así como la inevitable modularidad de los asientos.
Antes de entrar en el apartado motriz, hay que subrayar algunas consideraciones en el proceso de producción del nuevo C4 Picasso, como que ha inaugurado una nueva plataforma del Grupo PSA, cuyo logro más significativo es una reducción de peso de hasta 140 kilogramos respecto al antecesor. Esta circunstancia establece nuevos parámetros de consumo y de emisiones que configuran muy favorablemente los aspectos de conducción.
Para la prueba, ha tocado el motor diesel de 1.6 litros con 115 CV, de momento, el tope de potencia en este ciclo, a la espera, el año que viene, de un 2.0, estreno de la denominación BlueHDI, de 150 CV, adaptado a las normas Euro 6.
El motor, con las variaciones operadas a lo largo del tiempo, es un clásico del grupo automovilístico francés, fiable, aunque algo remiso en la salida parada y en las aceleraciones hasta los 100 km/h, en las que emplea más de doce segundos, y eso, con la particularidad de ir casi en vacío, por lo que a plena carga penalizará en este campo.
Donde no penaliza este motor es en el consumo: lo más interesante del coche, pues en prueba se ha quedado muy levemente por encima de los 5,5 litros que, aunque están por encima de la homologación del fabricante, es un registro francamente bueno.
Mejoría sensible, pero sin llegar al pleno está en la nueva caja manual pilotada ETG6 de seis velocidades, que toma el relevo de la CMP6, que no cosechó pronunciamientos favorables. Hay una sensible optimización de refinamiento, pero todavía deja traslucir ciertas demoras en los engranajes y algunos deslizamientos.
La suspensión adopta el grado adecuado de dureza y recorrido por la novedad de introducir de forma vertical los amortiguadores y conectar el tren por encima del centro de la rueda. La dirección pone siempre el coche en el ángulo de trazada correcto y los frenos cumplen con normalidad.
Un apunte que no puede escapar del examen al Citroën C4 Picasso es la dotación de elementos tecnológicos y de seguridad, propios de segmentos del primer nivel. A saber: visualización de la cercanía de vehículos, control luminoso del ángulo muerto, alerta del cambio involuntario de carril, detección de inflado de neumáticos, luces de carretera automático, cinturones de seguridad activos y sistemas de conectividad y avisos de emergencia.
Con todo esto, el buen posicionamiento de partida en precio nominal, aunque buena parte de estos equipamientos forman parte de paquetes específicos que aumentan la factura. Citroen, no obstante, se pone por delante frente a su competencia más directa en este segmento.
Citroën C4 Picasso, el cubo al cubo
El nuevo C4 Picasso, un nuevo producto para todos los mercados de la factoría de Vigo, es decir hecho en España, rompe moldes con el anterior y, puede que sea el menos cúbico de la serie.
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