Si el tiempo lo permite, la entidad local menor de La Redondela quintuplicará este domingo su población durante unas horas para que más de 5.000 personas, como viene siendo habitual cada año, acudan a ver la procesión del ‘Niño de la bola’, un recorrido que tiene la particularidad de que los pasos de la Virgen y el niño se pierden durante el itinerario.
El recorrido se produce cada año con muchísima gente en las calles, y si tenemos en cuenta que es un núcleo de población que tiene algo más de 1.000 habitantes, se dan cita en sus calles para presenciar esta curiosa procesión unas 5.000 durante unas horas.
Todo ello teniendo en cuenta que se trata de un municipio que se encuentra en el centro de la comarca occidental de la costa onubense, y a pesar de contar con una escasa población, está rodeado de las mayores localidades de la provincia, como Lepe, Isla Cristina o Ayamonte.
La procesión cuenta con varias curiosidades, aunque la más destacada es que el cortejo está formado por dos pasos que se pierden uno del otro durante el recorrido, para encontrarse en la zona conocida como ‘El Lejío’, en la confluencia de las calles Real y Santa María, aproximadamente una hora y media después del comienzo.
Los pasos se encuentran en una calle en la que la Virgen, según narra la tradición, divisa a su hijo en el otro extremo, y emprende una carrera en la que se producen tres caídas, que simbolizan las tres caídas de Jesús en su camino al monte Calvario.
Se trata de una de las pocas alegorías al pasaje bíblico que relata como Jesús se perdió en el templo cuando tenía 12 años (Lucas 2,41-52).
Las imágenes que salen en procesión son la de la Virgen de la Esperanza, la patrona de la localidad, y la de un Niño Jesús elaborado en 2002 por el imaginero de Cartaya Fernando Álvarez Galán, imagen conocida popularmente como 'niño de la bola', que saldrán de nuevo de la parroquia de Nuestra Señora de los Doce Apóstoles al mediodía para reencontrarse aproximadamente una hora y media más tarde.
