Pónganse comodones y piensen a quienes invitarían a su particular ‘Cena de los Idiotas’. De entrada, yo les propongo a un primer ‘invitado’: el presidente de Madrid. Esta semana ha venido a decir para argumentar el cierre de comedores escolares durante la Navidad que los niños en realidad no tienen problemas de malnutrición, sino de obesidad. Piensen si sería necesario mucho más para ser invitado de excepción en esa cena. Segundo invitado: Mariano Rajoy. Ese hombre que lee el Marca cada mañana, que por mala suerte nos tocó de presidente de Gobierno, que dijo el jueves ante sus amigos empresarios que los curritos vamos a pasar las mejores navidades de los últimos años, porque ya sí es una realidad que España sale de la crisis. ¿No creen que resulta lógico el divorcio de los ciudadanos con la política cuando los políticos no son capaces de ponerse en el lugar de los ciudadanos?
Ambos merecerían ser invitados a la cena por tratar como idiotas a sus administrados, por creerse que no nos enteramos, que con su chulería, con sus amigos y sus tarjetas llenas de billetes robados en sobres en B, están libres de todo pecado. ‘¡Que se jodan!’, decía la hija pija de Fabra, el del aeropuerto sin aviones donde esta semana aterrizó un primer transporte aéreo: un helicóptero con dos viejecitos que querían ser los primeros en aterrizar en el aeropuerto que hasta hace semanas era para peatones. Padre e hija podrían (deberían) venir juntos a la cena, en helicóptero si es posible. Con la ministra Mato, Wert o Guindos, ese refinado idiota que gustoso estaría en una comida de comodones para dar leña al Banco de España y esperar una respuesta tan contundente como la que hemos oído estos días. Y que no falte Fernández Díaz; y que venga con los grises y con esparadrapo por si a alguien se le escapa algún comentario inapropiado durante la comida.
Y hablando de todo un poco. ¿No les parece esperpéntico que Pablo Iglesias, el del pelo largo, haya tenido que hacer un ‘Cañete’ con su declaración de rentas y bienes por su cargo como eurodiputado? Resulta que por hacer algunos de sus programitas de televisión cobra 500 euritos de nada, y hace unos cuantos de esos al mes y el tío listo no se lo dijo a Europa. La suma: cobra unos cuantos miles de euros al mes como los señores políticos sin coleta y con chaqueta.
Y ahora en Ronda. ¿No les resulta esperpéntico esa táctica del PP que insiste en que la mejor defensa es un buen ataque? Los hechos: los socialistas se ponen duros con los temas de la contratación y los concursos públicos en el Ayuntamiento, que habrían dado, puestos a hablar de teatro, para una obra de teatro del absurdo; pero el PP, en vez de responder a las dudas de los socialistas sobre los líos en el departamento de Contratación, deciden sembrar dudas sobre el sueldo de Valdenebro como cargo de confianza de la Junta. No estaría mal que se conociera cuál es ese sueldo, pero puestos a pedir, podría el PP decirnos cuáles son todos sus cargos de confianza en el Ayuntamiento y cómo son sus tareas; por no hablar de cómo nos quedamos los idiotas de los ciudadanos cuando supimos lo que cobraba uno de los cargos de confianza del PP en la Diputación de Málaga, el concejal rondeño del PP que hoy es también diputado en Madrid.
Así las cosas, cuando continúan los desahucios; cuando las familias tienen que tragarse el honor y acudir a pedir comida; cuando hay padres que no saben siquiera si tendrán para un mísero parchís para sus hijos en Reyes... ¿No creen algunos de estos políticos que ya está bien? ¿Que por muchos cartelitos de colores que pongan en los barrios no nos acordaremos de los tres años y medio de gobierno en blanco en Ronda? ¿Que por mucho que nos digan que la deuda bancaria del Ayuntamiento tiene un nombre y un apellido no sabemos que tiene más de un nombre y un apellido? Que la crisis no ha acabado...
¿Quiénes son los idiotas?