“El periodismo es ir donde está el silencio y hacer visible lo invisible”. Ésta fue una de las muchas y certeras reflexiones que Rosa María Calaf, Premio Nacional de Periodismo Pedro Antonio de Alarcón en su décimo tercera edición, compartía con el público que asistió a la Gala celebrada en el Teatro Mira de Amescua en lo que fue una magnífica lección de periodismo y de vida. “No sé si merezco esto o no, pero estoy encantada de que hayáis decidido que sí”, admitió la periodista.
Y reconoció sentirse entrañablemente ligada a la figura de Pedro Antonio de Alarcón, “al que estudié y admiré por ser ese precursor, ese contador de historias, ese relator de viajes, ese cronista de guerra, y al que leí de la mano de mi padre, gran lector”. “Qué necesaria sería hoy su pluma, que ahora sería tecleando el ordenador; porque no dejaría nada en el tintero ni el disco duro”.
Otra de las importantes reflexiones que Rosa María Calaf compartió con el público hacía referencia a la libertad de expresión, “que no sólo se ataca con las balas de la intolerancia, sea del signo que sea; también se ataca con la pobreza, con la indiferencia ante los problemas de la gente y con los intereses mercantilistas de los medios de comunicación, que doblegan la voluntad de servicio de la prensa al ciudadano y que además desvían el compromiso con la veracidad y con el bien común. Algo que sufrimos todos los días los periodistas y los ciudadanos”.
Rosa María Calaf agradeció “la generosidad por colocarme en esta lista de prestigiosos galardonados”, celebró la idea de recrear el despacho de Pedro Antonio de Alarcón en el hall del Teatro y se congratuló por poder compartir la velada con el resto de premiados asegurando que “el verdadero periodismo es el local y es el más difícil”. Continuó su intervención con una reivindicación importante: “no podemos permitir que el periodismo se convierta en un espectáculo y este premio me impulsa más a defender este oficio que amo, que es mi pasión y que creo que es necesario para tener una sociedad democrática capaz de defender sus derechos”. Y concluyó agradeciendo “que me hayan dejado hablar más de un minuto diez, que es lo que tenía en el telediario”.
Rosa María Calaf recibió el galardón, una magnífica estatuilla con la figura de Pedro Antonio de Alarcón elaborada por el artista accitano José Antonio Amezcua, de manos del alcalde de la ciudad, José Antonio González Alcala, quien en su intervención de bienvenida felicitó a todos los premiados y destacó las cualidades de cada uno de ellos.
“Hoy Guadix se viste de gala para celebrar la gran fiesta del periodismo con estos premios con los que homenajeamos a uno de nuestros accitanos más ilustres, el escritor y primer cronista de guerra Pedro Antonio de Alarcón. Él y todos los premiados con este galardón a lo largo de todas estas ediciones son grandes exponentes del periodismo en mayúsculas. Ese que nos recuerda que es una profesión necesaria en la que no todo vale. Que la libertad de expresión es un derecho. Que informar con rigor es posible y necesario. Que el periodismo es, cada vez más, imprescindible para una sociedad que quiere ser libre, porque la información nos hace libres”, aseguraba.
González Alcalá no olvidó destacar, como hace siempre que tiene ocasión, el gran valor de los profesionales que componen el jurado de estos premios, así como el apoyo en la organización que brinda la Asociación de la Prensa de Granada y la Diputación provincial. Y concluyó con el deseo de que esta cita sea “una forma de decirle a todo el mundo que el periodismo es una profesión que merece toda nuestra admiración y respeto”.
En el apartado de los galardones Ciudad de Guadix, el primero en subir al escenario fue Mikel Iturralde, quien recibió el premio de manos del Presidente de la Asociación de la Prensa de Granada José Antonio Barrionuevo. Según él mismo afirmaba en el encuentro con los medios previo a la gala, “el periodismo es contar historias, como las que contaba Rosa María Calaf”. Y como la que ha contado él en su reportaje sobre la locomotora de vapor por el que ha sido galardonado. “A partir de ahora estaré más emparentado en Guadix, como lo estoy con la locomotora, que también es vizcaína “.
El segundo en el orden de recepción de los premios fue Antonio Pérez, director de Wadias Información, a quien hizo entrega del galardón la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Guadix, Marina Sánchez. Antonio quiso subir al escenario acompañado por una representación de su equipo: Ramón Ubric, Carmen Membrilla Olea y Encarni Pérez, subdirectora y ”mi hermana, verdadera artífice de esta nueva etapa, que ha sabido atraer a nuevos colaboradores con su trato exquisito y estar siempre a mi lado dándome fuerza en los malos momentos, dando ejemplo de una gran generosidad”. Antonio agradeció también el apoyo de su hermana Ani, su madre y su pareja Rocío, y un recuerdo especial para su padre.
En su intervención recordó que hace más de dos años, Wadi-as Información estaba abocado a desaparecer. “Como trabajador del medio, tuve un dilema, reinventarme profesionalmente, o aprovechar la oportunidad y hacerme cargo del semanario para intentar reflotarlo. Decidí aventurarme, eso sí, renunciando a muchas cosas”. Reconoció que poner en la calle un periódico local cada semana es una tarea complicada, más en una situación como la actual. Por lo que quiso dedicar el premio a todos esos medios que en estos últimos años han ido cerrando.
También Alberto Tauste, autor de “Cascamorras. Fuerza y Estética”, quien recibió el premio de mano del Presidente de Diputación Sebastián Pérez, tuvo palabras de agradecimiento para su familia y a todos los que le han facilitado la realización de este maravilloso audiovisual. Agradeció asimismo la ocasión de compartir premio “con periodistas valientes y de raza”. En este sentido, reconoció la gran importancia que tiene la labor del periodista y manifestó su deseo de que se mantenga siempre en el tiempo, “porque eso hace posible que yo pueda seguir dedicándome a la ficción, a las ilusiones, a las emociones”.
Alberto, que se declaró un “patriota de mi tierra” en el encuentro previo con los medios, comparó el nerviosismo por su intervención en la gala con el que sentía en los exámenes de francés cuando estudiaba en la Escolanía. Y precisamente en esa lengua tuvo unas palabras de apoyo a las víctimas de Charlie Hebdo, reclamando de esta forma el valor de la libertad de expresión para garantizar una sociedad democrática.
El público fue numeroso, a pesar del frío, y entre los asistentes se encontraban numerosas autoridades tanto locales como provinciales: el alcalde de la ciudad, José Antonio González Alcalá, y la corporación municipal; el Presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, y el diputado de Cultura, José Torrente; el subelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez López; la delegada del Gobierno de la Junta en Granada, Sandra García, y la delegada de Cultura, Ana Gámez; alcaldes de la comarca; y, por supuesto, profesionales y directivos de los medios de comunicación de la provincia, entre ellos los que conforman el Jurado de estos premios.
Fue por tanto una velada en la que se reivindicó la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo como garantes de una sociedad libre y democrática. Y en la que no faltaron recuerdos a aquellos profesionales de la información que han fallecido en el ejercicio de su profesión y a víctimas de la intolerancia como las del atentado en París de hace unos días.
La presentación corrió a cargo de los actores Pepe Cantero y Carmen Huete, mientras que en el apartado musical el pianista de raíces accitana Jesús Hernández sorprendió al público con una magistral fusión de jazz y flamenco gracias a “Jesús Hernández Quinteto” y su espectáculo Bojaira, que hizo las delicias de todos los asistentes y que fue expresamente celebrado por Rosa María Calaf en su intervención.