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Hay vida después de la política

Juan José Ibarretxe se ha despedido de la política con gesto contrito y ofendido. Ibarretxe se ha despedido de mala manera, cuestionando la legitimidad de Patxi López para gobernar el País Vasco...

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Juan José Ibarretxe se ha despedido de la política con gesto contrito y ofendido. Ibarretxe se ha despedido de mala manera, cuestionando la legitimidad de Patxi López para gobernar el País Vasco, doliéndose de que socialistas y populares hayan llegado a un acuerdo para poner en marcha un gobierno en el que no esté el PNV. En realidad el adiós de Juan José Ibarretxe parece una pataleta por verse despojado de lo que cree que le pertenece, ser lehendakari.

Sin embargo puede que Ibarretxe se termine ganando para sí mismo, que con el paso de los días, de los meses, se vaya dando cuenta que hay vida después de la política, incluso que la vida real está precisamente fuera de la política. En realidad sale ganando aunque él aún no lo sepa, pero tantos años en primera línea de la política, viajando en coche oficial, rodeado de gente que le reverenciaba, termina distorsionando la realidad, y eso le sucede a él y a todos los políticos. La vida real no es la misma cuando vas en coche oficial que cuando vas a tu trabajo en autobús o en el metro, o sufres el atasco en tu coche.

Creo que en ese alejamiento de la realidad termina haciendo a los políticos un pelín insensibles porque dejan de sentir en sus carnes los avatares de la gente común. Puede que ahora, aunque no sea inmediatamente, Juan José Ibarretxe comience a comprender algunas de las cosas que suceden en el País Vasco, por ejemplo que no hay libertad plena salvo para quienes sienten y se declaran nacionalistas. Puede que conozca a ciudadanos que antes, cuando iba en coche oficial, no habría podido conocer, y le cuenten sus problemas, por ejemplo el temor a defender sus ideas políticas en público si éstas no son nacionalistas, el temor a significarse.

Ibarretxe no ha sabido marcharse con elegancia, se le ha visto demasiado la rabia que le produce dejar el poder, sólo el tiempo le demostrará que en lo personal ha salido ganando, que hay vida después de la política, la vida real.

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