En Francia ocurrió algo parecido, en un partido internacional que presidía Jacques Chirac como presidente de la República Francesa se abucheó y se pitó al himno francés La Marsellesa, inmediatamente se levantó y se fue, desde ese momento se tomaron varias medidas de seguridad en los partidos internacionales y todos los años los inmigrantes que se nacionalizan deben jurar la Constitución de la Vª República y pasar por debajo de la bandera. Algo similar ocurre en Estados Unidos donde los inmigrantes tienen que jurar la Constitución y la enseña nacional acto además al que se le da cierta solemnidad. Además en los centros escolares de esa nación se iza por las mañanas la bandera con la mayor devoción.
En España urge tomar medidas. ¿Tan difícil resulta que los presidentes de los clubs de fútbol Barcelona y Atlético de Bilbao, Joan Laporta y Fernando García, condenen públicamente los hechos o que los autonómicos también lo hagan? Cuando ocurra cualquier tipo de agravios a los símbolos de Cataluña y Euskadi toda España de una manera unánime condenaría las ofensas realizadas. Se trata de que ya se comience a señalar lo que está bien y lo que está mal. Los líderes sociales y políticos tienen que tomar posturas para que quede claro aquello que es condenable. Un Estado o una nación que no respeta sus símbolos es que son graves sus patologías sociales y políticas y sus estructuras se encuentran en proceso de resquebrajamiento. Como señaló Ortega y Gasset en su España invertebrada: los particularismos regionales destruyen la nación.
Hasta pronto gadiritanos.