Nuestras vidas transcurren entre embates, golpes y acometidas, y envites, de las apuestas que vamos realizando en cada momento para sobrevivir o alcanzar nuestros objetivos. Damos la bienvenida a lugares perfectos para perdernos y disfrutar, y nos despedimos en nuestro transito sin quererlos y en ocasiones de mala manera.
Un día de un año cualquiera nos proponemos, solos o acompañados, hacer el camino de Santiago y allí, seamos o no creyentes, coincidimos con otros peregrinos y experimentamos mil y una vivencias en un recorrido entre gozoso y duro.
Hemos sido capaces de romper el círculo maldito de que el mundo prescinda de nosotros y comprobar que no pasa nada , discurrir entre precariedades y productividades , tipos y topos , jugosos y aromáticos , vamos descubriendo las verdaderas joyas de nuestras vidas.
Muchas veces descubrimos que ha merecido la pena no olvidar los malos momentos y recordar lo que nos ha costado conseguir nuestros objetivos, sin por eso hurgar y recrearse en las heridas. Debemos saber enfrentarnos a las nuevas situaciones con decisiones valientes.
En el recorrido por nuestra memoria, debemos superar todo temor o estar dispuestos a lograrlo, y hacernos el favor de no admitir censuras ni imposiciones Casi siempre confiamos que con el tiempo las cosas pueden llegar a cambiar, y que seremos capaces de atrevernos y salir de la incertidumbre.
Nos enredamos en cosidos y descosidos, sorpresas e incomprensiones, alfombras y cortinajes, avances y retrocesos, y tal vez lo más importante es que experimentamos la agradable sensación de sentirnos comprendidos y confiamos que con el tiempo las cosas pueden cambiar.
Ser respetados, supone alejar de nuestro vocabulario, los insultos y las amenazas y tener siempre presente, la educación y el saber escuchar. No se trata de mejorar nuestra apariencia sino de predicar con el ejemplo y recuperar la frescura de quien es capaz de colocarse en el lugar del otro.
Hay quienes entre embates y envites, se colocan casi siempre a la defensiva y adoptan una actitud negacionista, y son incapaces de divertirse y compartir experiencias con los demás .ni a explorar otras vías y posibilidades, en las que a nuestro talento creativo hemos de unir unas dosis de constancia y perseverancia.
Entre dudas y titubeos, augurios y presagios, vulgaridades y groserías, límites y riesgos, anuncios y premoniciones, incógnitas y precauciones, plenitudes y vacíos, prestigios y desprestigios, prospectivos y retrospectivos, malvados y sanadores, debemos estar dispuestos a emprender nuestro camino diario con buen pie,
Cuando nos encontramos tocando fondo y sin apenas tiempo para nada , debemos estar dispuestos a conquistar el cielo o bajar a los infiernos si fuera necesario, corregir errores y cambiar de actitudes , estar a nuestro aire y olvidarnos de los problemas.
Debemos estar atentos, que importa más el qué y para qué, que el quién. Sentirnos creativos, inventivos y repletos de sonrisas y buenas vibraciones, que poseer todas las propiedades del mundo e ignorar todo lo que deberíamos saber para disfrutar del momento.
Tal vez tengamos que preguntarnos cada día que hemos de hacer para mejorar nuestra situación y dejarnos seducir por rutas distinguidas con perfectas armonías.
