Un idioma, lengua o dialecto está unido a una cultura, a una forma de vida que lo genera y lo enriquece. Dicen que son el habla y la comunicación, las capacidades del lenguaje, una de las pocas cosas que aun nos diferencia de los animales, visto que por el ADN, compartimos con la mosca el 98 por ciento de los genes.
Cuando se ejecuta una política lingüística, más vale que sea para aportar un valor añadido y no restar oportunidades. Sería necedad desconocer las ventajas que ofrece hoy en día hablar un idioma como el español que en el año 2050 compartirán 600.000.000 millones de personas y está presente en todo el mundo. (42, 7 millones de personas hablan español en EEUU). Privar en la educación de esta herramienta, y cambiar o relegar o marginar su aprendizaje, penalizar con sanciones y multas su uso cotidiano, suprimir la libertad individual de aprender o hablar una lengua con un enorme potencial por otras, que con suerte, compartirán a lo sumo 6 millones de personas es un robo. Una sensata combinación y uso proporcional de ambas lenguas, enriquece y daría una ventaja comparativa a los niños, estudiantes, trabajadores y ventajas a la población en general de acceso a un mundo mas abierto, mas amplio y compartido por más gente. Lo contrario supone una visión cerrada y aldeana, una concepción que mutila las posibilidades enormes de aprender y moverse por el mundo. Decía Wittgenstein que los límites de mi lenguaje significan los límites de mi propio mundo…Las locuras nacionalistas en Cataluña, Galicia o País Vasco hacen un daño enorme a todos, pero fundamentalmente a ellos mismos, la Generalitat, por ejemplo ha invertido 157 millones de euros en la promoción exterior del catalán, pero estos recursos curiosamente, en lugar de sumar les restan unas ventajas que hasta ahora tenían, como poder comprender a Serrat cuando canta eso de "me la van regalar quan eu voltavem somnis de meus setze ans encara adolescent" y a Juanes cuando canta eso de "las madres quieren por sus hijos y que sus libros para la escuela son su soñar…"
120 idiomas se hablan ya en España, es la suma de las lenguas vernáculas y las habladas por los nuevos residentes: Marroquí, Rumano, Portugués, Inglés, Alemán, Bulgaro... Esto es una enorme riqueza. El Castellano aporta a la economía española según los calculos el 15% del PIB.(o si se quiere, 255 millones de euros de turismo lingüístico).
Desde hace unos años estamos contemplando con incredulidad e impotencia como los pancatalanistas, pangalaicos y paneuskeras están, con permiso del Tribunal Constitucional-elegido con fuerte presencia de CIU y PNV- dándoles a sus pobres y sufridas poblaciones el timo de la estampita. Te cambio el español por el catalán, el gallego o el euskera. Es decir, te cambio un mundo mas grande por uno más pequeño. Y si descarrila, que descarrile.
