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La tribuna de Viva Sevilla

Si es activo solucionará su dolor de espalda

El ejercicio físico es el mejor medicamento del mundo según la OMS, y está al alcance de los ciudadanos.

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Si a usted le duele la espalda, un médico con buena formación y experiencia le puede realizar un diagnóstico certero en más del 98% de los casos. Mediante una buena historia clínica y una exploración física que descarte los signos de alarma, y sin necesidad de radiografías, ni resonancias, su dolor de espalda será bien estudiado (eso sí, hay que escuchar detenidamente al paciente y explorarlo de forma concienzuda).


La mayoría de los casos se tratan satisfactoriamente con medidas no quirúrgicas. La cirugía está indicada en un reducidísimo número de casos y sólo cuando hay signos claros que garantizan su éxito (en España se opera cinco veces más que en Gran Bretaña teniendo menor población).
Casi todos los dolores de espalda son de tipo  inespecífico, también llamado mecánico, y en su producción intervienen múltiples factores, relacionados en gran medida con los hábitos de vida, y en muchos casos de difícil determinación y cuantificación.


Una vez conocido el tipo de dolor de espalda el siguiente paso es planificar un tratamiento integral, en el que tan importante como la organización de las medidas terapéuticas es el cambio de actitud del paciente en su tratamiento.


Cuando una persona padece un dolor de espalda de larga duración al dolor se une una incapacidad funcional (no puede realizar actividades habituales que requieren un esfuerzo: coger peso, empujar objetos, agacharse, cocinar, hacer la cama, etc.,) con lo que el dolor se incrementa de intensidad y además se reduce su estado de ánimo, llegando en ocasiones a tomar fármacos para combatirlo. Como consecuencia de ello, el paciente entra en una espiral de más dolor y menos capacidad para las tareas habituales (somos lo que hacemos).


El plan de tratamiento pasa por transformar al paciente débil y pasivo en persona activa siempre bajo asesoramiento médico (cambiar la recomendación habitual de tómese esto y no coma, ni beba, ni fume a aquella otra que resulta de la respuesta del paciente a la pregunta siguiente: qué puede usted hacer para vivir mejor, para desarrollar sus capacidades, para sentir vida).


Tras una evaluación clínica de su dolor de espalda, se prescriben de forma cuantificada y personalizada las medidas de tratamiento, seleccionando las más idóneas para cada caso. Las medidas terapéuticas que deben utilizarse son aquellas que tienen comprobada un nivel adecuado de efectividad y deben incluir una recuperación de su capacidad funcional para que la persona vuelva a  tener la agilidad y vitalidad necesaria para la realización de sus actividades habituales.

La estabilidad al estar de pie y al caminar es imprescindible para reducir la sobrecarga lumbar, por lo que  se empieza por el aprendizaje de los ejercicios de estabilización lumbar con una repetición de dichos ejercicios así como de otras actividades físicas que el paciente debe practicar  a diario.


El siguiente paso tiene como objetivo que el paciente camine una  hora al día (está estudiado que la distancia diaria que una persona camina es un buen índice de Calidad de  Vida en personas adultas). Esto se consigue con la realización de ejercicios de equilibrio y coordinación, pero sobre todo con el entrenamiento repetitivo del paciente. Si el paciente no cambia sus hábitos no mejorará nunca, pero si lo hace de una forma valiente, afrontando el problema y mostrando una actitud activa,  su salud, es decir su vitalidad para disfrutar plenamente, experimentará un cambio radical. 


El tratamiento se asegura con revisiones periódicas, presenta una duración de dos o tres meses, dependiendo del tipo y evolución,  y una vez finalizado consigue un aprendizaje que valdrá para toda la vida si el paciente mantiene sus nuevos hábitos. 


La mejor forma de mantener lo ganado es realizando una actividad física o deporte de forma continuada y con el que disfrute la persona, lo que incluye un entrenamiento personalizado para su práctica saludable.


El ejercicio físico es el mejor medicamento del mundo según la OMS, y está al alcance de los ciudadanos.

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