En declaraciones a los periodistas tras comparecer como testigo ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, Susana G. explicó que la tarde de la desaparición de la menor telefoneó a Francisco Javier sobre las 4,30 horas de la madrugada del día 25, cuando éste le garantizó que no sabía nada ni de Miguel ni de Marta, a la que dijo no conocer.
Sin embargo, entre las 5,15 y las 5,30 horas se personó en el piso de León XIII, donde el hermano de Miguel, que también estaba en la casa, le dijo que sí había visto a la joven, por lo que ella le cuestionó sobre la contradicción con respecto a la llamada anterior. Ante tal pregunta, él contestó que no la había visto pero sí escuchado, porque Marta se quedó en la puerta mientras Miguel recogía unos CD para marcharse posteriormente juntos.
Además, la madre de la amiga de Marta, que acudió al domicilio acompañada del padre de otro joven, afirmó que entró hasta el salón del piso y que estaba "totalmente ordenado y perfecto" y que olía a limpio, "como si lo hubieran limpiado hacía poco".
De igual modo, Susana G. destacó que Miguel y su hermano "estaban muy tranquilos, demasiado tranquilos para saber lo que ya sabían" y que le llamó la atención que no le hicieran ninguna pregunta que tuviese relación con cómo había ido la búsqueda de Marta. "De ahí que sabíamos desde el primer momento que él --en referencia a Miguel-- sabía algo más", añadió.