"Los haters son admiradores confundidos tratando de entender por qué tanta gente te ama", tweet de Paulo Cohelho.
Es un sonido seco, breve, casi seductor. Click. Según la tecnología manejada puede ser de una tonalidad o de otra, con más o menos intensidad, pero siempre indica que aceptas, que entras o sales, circulas, navegas, envías, recibes... Clicks para casi todo. De pronto hay campañas políticas que se estructuran en base a posicionamientos en redes sociales porque El País ya no es el principal camino y la pega de carteles, hoy, es solo un acto simbólico y no un método de difusión, de hecho hasta el diario bandera de Prisa ya anunció hace meses que sucumbe también al poder del click. Errejón cuenta con Rubiño, que es quien han construido la solidez de Podemos en redes, pero Iglesias tiene cuatro veces más seguidores en twiter y le dobla en faceebook; por tanto, sus clicks llegan antes y a más y, en todo caso, ambos invierten lo suyo en publicidad de pago para difundirse pidiendo financiación víacrowfunding, otra palabra muy al uso de los community manager que a saber si también cliquean alguna aplicación para cocinar unas buenas habichuelas con chorizo. Clicks para todo. Están los canales de Telegram, otra pata en estrategia digital con títulos como "Pueblo, patria, Podemos", "El círculo", "La batalla por Vistalegre", todas ellas plataformas que permiten enviar mensajes a un gran número de personas que no necesariamente deben tener tu número en sus contactos y que son dirigidos por un único administrador. Clicks a miles que sustituyen carteles, vallas, pins en la solapa... Estás, por tanto, ejemplo práctico, en algún momento cumbre de éxtasis personal y suena recepción de mensaje, atraído detienes la cosa porque aceptas intrigado -click mediante- y, espantado, observas a Errejón o a Iglesias proponiéndote hacer círculos contra el otro. Puag.
KunKun es un dispositivo que se sincroniza con tu smartphone y te informa del estado de tus olores corporales, sobre todo en sus vertientes sudorosas, olor a viejo y a grasiento o a rancio acercándolo a zonas críticas como axilas, pies, pelo para que el dispositivo envíe datos al teléfono. Este click te informa: cariño, apestas.
Los clicks son llaves también para aceptar información o, cómo no,
(Click, googel, haters: Dic. personas que muestran sistemáticamente actitudes negativas u hostiles ante cualquier asunto; sustantivo del inglés que se puede traducir como odiador, cualquier motivo les es bueno para practicar su cinismo digital en cuestiones como simpatía o militancia política, religión, gustos musicales, cinéfilos... Les gusta, por principio, atacar -referencia para la cita de Coelho, click-).
Click, click: Rajoy habla con Trump y todo el mundo lo anuncia, no solo la hora en que se llamarán sino el tiempo que durará la conversación. ¿Se imaginan? Te llamo mañana a las 11,43 y hablaré contigo 14 minutos. ¿Y si la conversación es interesante? 14 minutos. Mario Jiménez, en fin, lo critica llamándole mayordomo, click, cuando hasta él sabe que Mariano hizo lo correcto y es ser diplomático e intentar sacar tajada, ¿o quizás debió actuar como Zapatero cuando se quedó sentado mientras pasaba la bandera de EEUU en un desfile para esperpento general? El PP afronta un congreso plácido donde se expondrán muchas ponencias políticas, en esto se lo curra porque se lo toma en serio y distinto es concluir que sirva de algo, que no, y la incógnita sobre la secretaría general, hasta ahora en manos de Cospedal. Se situaba a Maíllo como posible alternativa, aunque no hay debate porque será quien Rajoy decida. Seguramente, Cospedal para furor de Arenas, cada día más en la esquina de la mesa. Los procesos democráticos internos con metodología de elección por voto en el PP son bien vistos de puertas para fuera. Luego vendrá Andalucía, la gran deuda para el PP y quizás el nombramiento de Zoido como Ministro del Interior, con ese verbo tan sevillano suyo, sea un guiño al electorado andaluz. Y como asunto estrella del congreso llevan determinar si el ave del logo es una gaviota, animal de carroña, o un charrán, ave marina, migratoria, de costumbres mucho más nobles y, ante la duda subrayo, es indiferente; conocido por todos es que el anagrama popular representa a todo tipo de pájaros.
La declaración esta semana del ex consejero de la Junta Luciano Alonso relativa a que, como era de esperar, "no sabía nada" de que Luis Guerrero, de la ejecutiva del PSOE de Málaga, cobró durante tres años como director del Centro Andaluz del Flamenco de Jerez señalando, como también era de esperar, a los técnicos porque no le advirtieron de la anomalía me deja a un seco click del absoluto pasmo. Pobre gente, son dignos de lástima porque les engañan todo el rato y nunca se enteran de nada: un tío cobra durante tres años sin pisar su puesto de trabajo, nadie se da cuenta y la culpa es del técnico imbécil que por todos los pasillos de la administración pública hay. Ponga un técnico en su administración, da mejor resultado que la alarma de securitas direct. Luego se quejarán de que el técnico imbécil que tiene que firmar se destroce el hígado a carcajada limpia cuando le llega un expediente urgente de lo que sea y ante eso, repuesto de la risa, haga click en jugar al candy crush.
Sería perfecto, en todo caso y divago pensativo presto a remate, una aplicación que se abriera mediante un click mágico y permitiera borrar de tu vida todo aquello que no te gusta, poder elegir a base de clicks un mundo ideal en el que solo estuviesen las cosas, personas, sonidos, alimentos de tu gusto. ¿Se imaginan? Click, click, click... ¿Deseas eliminarlo de tu vida permanentemente? Click en sí. ¿Está seguro? Click en sí. Pero, una vez hecho, ¿qué criticar? Seguramente empezaríamos a odiar cosas que ahora nos gustan. En fin, click en Fin.
Bomarzo