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La novena provincia

El escritor George Orwell, un visionario

En 1949, el escritor George Orwell publicó el libro "1984" que hoy está de radiante actualidad porque refleja una sociedad como la que tenemos en 2017.

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EL ESCRITOR GEORGE ORWELL, UN VISIONARIO

  Fue el autor del libro “1984”, publicado en el año 1949 y definía una sociedad de futuro que concretaba en el año 1984.Fue un gran best seller en el siglo XX, pero, ahora, en este 2017, ha multiplicado las ventas por 10.000. Mi ejemplar es del año 1986, una de las más antiguas ediciones del Círculo de Lectores, páginas amarillas y olor casi a humedad. Al enterarme de la revolución que se ha producido en sus ventas, ya casi  no me acordaba y lo he releído este pasado fin de semana en dos días. La impresión que me ha dado es de miedo. 1984 es una novela política de ficción distópica (Lo contrario de utopía), escrita por George Orwell y publicada el 8 de junio de 1949. La novela introdujo el concepto del omnipresente y vigilante Gran Hermano,  de la policía del Pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el siguiente principio: Lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.
Existen claros paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984. En la novela, la sociedad está  localizada en una futura Inglaterra,(Fuera de Europa, acuérdense del Brexit) parte del Imperio de Oceanía, y se encuentra dividida en tres grupos. Los miembros “externos” del Partido Único, los miembros del Consejo dirigente, o círculo interior del partido, y una masa de gente marginada que vive atemorizada y aislada de la política, los plebeyos.
Los miembros “externos” constituyen la burocracia del aparato estatal (de ahí la necesidad de la estricta vigilancia), viven sometidos a un control asfixiante y a una propaganda alienante que los desmoraliza y les impide pensar críticamente. El estado suprime todo derecho y los condena a una existencia poco más que miserable, con riesgo de perder la vida o sufrir vejámenes espantosos si no demostrasen suficiente fidelidad y adhesión a la causa nacional. Para ello se organizan numerosas manifestaciones donde se requiere la participación activa de los miembros, gritando las consignas favorables al partido, vociferando contra los supuestos traidores, dando rienda suelta al más desaforado fanatismo. Sólo con fervor fanático se puede escapar a la omnipresente vigilancia de la policía del pensamiento.
Los ministerios son los siguientes: El Ministerio del Amor que se ocupa de administrar los castigos y la tortura. El Ministerio de la Paz que se encarga de asuntos relacionados con la guerra y se esfuerza para lograr que la contienda sea permanente. Si hay guerra con otros países, el país está en paz consigo mismo. El Ministerio de la Abundancia encargado de los asuntos relacionados con la economía y de conseguir que la gente viva siempre al borde de la subsistencia mediante un duro racionamiento. Y el Ministerio de la Verdad que se dedica a manipular o destruir los documentos históricos de todo tipo (incluyendo fotografías, libros y periódicos), para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado.
Los lemas son: LA PAZ ES GUERRA, LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD y LA IGNORANCIA ES FUERZA. Ayer mismo, veía por televisión que en las empresas en Bélgica ya no se ficha al entrar con tarjeta sino que le instalan a los trabajadores un microchip bajo la piel con lo que el control sobre la persona es total.
  En esas estamos. Léanla y comprobarán que es lo que se está viviendo en este mundo globalizado.
Algeciras a 12 de febrero de 2017
Patricio González
 

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