El tiempo en: Jerez

Un ejercicio no muy común

Cómo disfrutar de los beneficios para la salud física y mental de hacer el amor

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Resultará extraño, como ocurre siempre con este tema aún tabú, nombrar la palabra “sexo”. El sexo, si señor, algo tan arraigado a nosotros, como cada diente que posee nuestra cavidad bucal. Son bastantes los beneficios que nos reporta esta actividad humana; fortalece nuestro corazón siempre que no padezcamos una afección cardiaca importante, mejora nuestro riego sanguíneo, quemamos calorías de más, fortalece el sistema inmunitario, y puede elevarnos al éxtasis espiritual si “hacemos el amor”. ¿Hacer el amor?, sí, lo contrario de fornicar, copular o desahogar nuestro cuerpo de cualquier tensión diaria. Unir sentimiento y carne, alma con alma, fundirse con el cosmos, eso es el escalón más alto que podremos alcanzar con alguien en cuanto a experiencias extrasensoriales, (por llamarlo de alguna manera), se refiere.

Es algo tan normal como comer, pasear, asearnos... Algo que pasa por pecado en algunas religiones, según el hombre, claro está. Tener relaciones con alguien es algo positivo tanto física, psíquica como espiritualmente, siempre y cuando se reúna un requisito muy importante para ello, el amor, el respeto y la pasión que conlleva todo ello. Seguro que muchos en estos instantes estarán pensando, ¡vaya, otro antidiluviano!, o curita, como también se conoce por mi tierra, pero no, no es eso. El sexo practicado sin el suficiente sentimiento, es positivo a un nivel más físico y rozando algunas fibras de la psiquis, pero nunca será igual de estimulante y fructífero que una relación que reúna lo antes mencionado.



Hoy hablamos del... amor

Algo tan universal como el sentimiento que mueve el mundo y tan desconocido en la mesa de una consulta.
Recetar amor es el remedio más grande que puede prescribirse, eleva todas las hormonas, enzimas y drogas que posee el cuerpo entendiéndose esto como un bienestar general. El amor, sí, una medicina universal y una terapia posible.

Unos más que otros necesitamos del amor para salir adelante, es como una droga que no debe faltarnos, la que desafortunadamente nos falta a raudales en el planeta azul, sobran de otras y falta la más antigua.

Querernos, abrazar a alguien, tener al lado a la persona con la que uno se siente bien cada día y tener ganas de más amor. No me cansaré de repetir esta palabra aunque peque de cansino, pero pocas veces se escucha en los labios de cualquiera, parece que da miedo hablar de ella, da miedo comunicarnos con entera libertad sin ocultar lo que sentimos en una o en otra materia. Amor a todas horas, en cualquier ámbito, en cualquier lugar, donde sea, sin reparos, gozando de este estado hipnótico y mágico que nos hace libres, felices, personas sin presiones, nos hace sentir de verdad, sin necesitar nada más.

Como alimento diario, amor, como pastilla diaria, amor, como ejercicio diario, amor, como vivir, con amor.

Aprendiendo a comer

Hacer una dieta ideal supone muchos beneficios para el cuerpo. Para empezar, abandonar el sobrepeso en el que nos encontramos, porque lo crean o no, existen muchísimas personas con exceso de peso que no saben que lo tienen, y eso, créanme, es un serio problema. Nos alimentamos en demasía, ingerimos más calorías de las que necesitamos y eliminamos menos de las que se debieran.

No paramos de comer tonterías sin fundamento nutricional, y para colmo adoptamos formas de comer importadas por países que creemos que saben más de alimentación.

Cuando utilizamos las calorías correspondientes para un adulto medio, unas 2000Kcal, dependiendo del sexo, actividad, etc... Ahorramos trabajo a nuestro organismo, mejoramos el proceso digestivo, eliminamos grasas indeseadas, nuestras articulaciones se sienten más libres de carga innecesaria, nuestra tensión arterial se regula, el rendimiento cardio-pulmonar se ve aumentado y los órganos eliminadores como riñón e hígado, se ven exentos de una carga absurda. La dieta y el hábito harán que nuestra calidad de vida mejore día a día, y nuestra vejez será más juvenil y con menos achaques que si llevamos una dieta incorrecta llena de sustancias tóxicas tanto ingeridas como inhaladas. La dieta y el sobrepeso no son ninguna estupidez que podamos pasar por alto, nuestra salud va en ello. Aprendamos a comer, utilicemos alimentos puros, realicemos ejercicio moderado, dejemos hábitos nocivos como el tabaco y el exceso de alcohol, mejoremos nuestra calidad de vida.

Consejo 1: ¿Molestias gastrointestinales? ¿acidez? Llenemos un vaso con el zumo de medio limón y un poco de agua mineral, pero sin llegar al filo del vaso, dejando unos tres o cuatro dedos. A continuación añadimos una cucharadita de bicarbonato sódico, y en el momento en que se forme una espuma que asciende, nos lo bebemos de un trago.

Consejo 2: ¿Nos encontramos indispuestos y sentimos náuseas o fatiga? ¿estamos vomitando demasiado? Utilizaremos dos comprimidos de boldo o una infusión de esa misma planta, o bien 30 gotitas de extracto de boldo.

Desde la montaña

Un día como otro cualquiera, me encontraba en mi consulta atendiendo a un paciente, mientras le tomaba la tensión me contaba que estaba viviendo un mal momento con su hijo, como él no la respetaba y de que manera conseguiría salir de ese bache tan escabroso. En un determinado instante se echó a llorar y se abalanzó sobre mí abrazándome y pidiendo perdón por su comportamiento.....

¿Perdón?, fue entonces cuando comprendí la falta de todo que sufre esta civilización, alguien te abre su corazón, te cuenta un problema, se desahoga contigo y te pide perdón por ESCUCHARLA. Eso nos da una idea del mundo que estamos creando y de la carencia que padecemos.

Toda esta encrucijada provoca infinidad de problemas nerviosos, ansiedades, depresiones, etc. Por no abrirnos a los demás, porque los demás no se abren hacia nosotros, es un círculo vicioso y enfermizo, la naturaleza humana se pierde a menos que hagamos algo para remediarlo.

Afortunadamente todavía queda gente buena y cualidades que podemos desarrollar y aumentar para esparcirlas por el mundo haber si así llenamos de luz el boquete en el que nos encontramos.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN