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Infinity War

Jesús González Sánchez | No hay acto más heroico que el luchar hasta el final en defensa del bien, pese a que el destino, en forma de derrota

Publicado: 04/05/2018 ·
09:45
· Actualizado: 04/05/2018 · 09:50
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  • Infinity War. -
Autor

Jesús González Sánchez

Jesús González es graduado en Ciencias Ambientales y profesor de Educación Secundaria en El Puerto

Sala 3

Análisis crítico (más pasional que racional) de los mejores estrenos cinematográficos de cada semana

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No hay acto más heroico que el luchar hasta el final en defensa del bien, pese a que el destino, en forma de derrota, se advierta inevitable. Porque luchar hasta el final es lo correcto, y la responsabilidad del héroe no atiende a imposibles; porque en una guerra infinita, los héroes se remarcan como aquellos que no cesan de anteponerse a la tiranía en defensa de los ideales en los que han fundamentado su condición y sus actuaciones.

El conflicto surge cuando un villano se cree héroe en la búsqueda infatigable de su destino, aunque su objetivo sea el de un dios perverso e inmisericorde: traer el equilibrio al universo aniquilando por completo a la mitad de su población con el simple chasquido de sus dedos. Vengadores: Infinity war (2018) es la película más ambiciosa del universo cinematográfico (MCU) que inició Marvel hace ya 10 años (Iron Man, 2008) y que contiene, actualmente, 19 películas del género de superhéroes.

En ella se produce uno de los “crossovers” más impresionantes que nos haya dado la ficción audiovisual contemporánea, aunando, en una sola cinta, a todos los héroes de su cada vez más infinito universo para combatir al villano supremo: Thanos, un titán invencible que busca restaurar el equilibrio de un universo con recursos cada vez más escasos mediante el genocidio aleatorio más brutal imaginable.

Para lograr su objetivo, Thanos necesita reunir las 6 gemas del infinito, seis gemas que convierten a su portador en un ser omnipotente y con control absoluto sobre todo el universo. Se trata de la cinta de Marvel que mejor se adapta a la naturaleza episódica de la narrativa que ha dominado siempre su universo, reuniendo a un sinfín de personajes —que no necesitan presentación— con una claridad narrativa pasmosa gracias a un montaje que permite realizar piruetas secuenciales entre tramas y subtramas sin perder en ningún momento el hilo del argumento; aunque claro está, esta virtud solo será apreciada por aquellos espectadores que hayan disfrutado del resto de entregas anteriores.

Tras haber roto el récord absoluto del mejor estreno de la historia (630 millones en su primer fin de semana), estos espectadores no parecen ser pocos.

La película integra de manera excepcional el drama a su inusual condición de ópera trágica, en la que todo acto heroico, encadenado por secuencias de acción a cada cual más impresionante, conduce al fracaso más lacerante.

El tema de Alan Silvestri, que acompaña al primer plano final de la película, es la guinda de uno de los momentos cumbres de todo el MCU, momento que, pese a durar un solo minuto, propaga la resonancia de lo acontecido anteriormente en un desenlace para el recuerdo durante todo lo que duran los títulos de crédito de la cinta, títulos que casi todos compartimos, angustiados y en un silencio cortante, con un puñado de desconocidos en el cine.

Quizás no sea una película, por su condición episódica comentada anteriormente, para el gusto de todos, pero qué gusto. Si esto ha sido épico, no podemos prever lo que tendrán preparado los hermanos Anthony y Joe Russo para la catarsis que supondrá Los Vengadores 4 (aún sin título oficial), cuyo estreno está previsto para 2019.

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