En algunos casos, como ocurrió con la parcela de Ximénez Tamplin, fue el Ayuntamiento el que tuvo que llevar a cabo la limpieza del espacio, puesto que los vecinos de la barriada de Sudamérica reclamaron una actuación al Consistorio, que tendrá que reclamar el gasto al propietario, ya que se tuvo que hacer de manera subsidiaria. En otro casos corresponde al propio área de Medio Ambiente llevar a cabo estos trabajos, puesto que las parcelas y los terrenos son municipales y por último, aquellos que sean de otras administraciones, tendrán que ser igualmente informados.
Pues lejos de que, sobre todo, las zonas de la periferia o Zona Norte de la ciudad estén totalmente limpias de pastos secos, cada día son mayores las denuncias públicas que realizan los vecinos que se sienten amenazados por este tipo de situaciones.
En la zona de La Caridad y la Cañada del Verdugo o El Tomillar, los vecinos se sienten especialmente amenazados puesto que están totalmente rodeados de parcelas baldías que requieren un cuidado y mantenimiento mayor del que tienen. Los pastos secos en algunos casos alcanzan hasta el metro de altura, sobre todo en las cercanías a la carretera, “que en un momento puede hacer de cortafuego, pero si se extiende hacia el interior de los terrenos, son muchos metros los que el fuego tiene para recorrer, siendo un peligro sobre todo con la calor que hace estos días”, apunta un residente, Manuel Zambrano.
La zona de pinares de la avenida de la Libertad corre la misma suerte, incluso el espacio cercano a la depuradora Las Galeras. El lugar que colinda a la carretera acumula hierbas que este año no se han cortado, que a estas alturas ya están totalmente secas, pudiendo ser pasto de un fuego, que pueda arrasar parte de uno de los espacios naturales autóctonos que quedan. Un vecino del Pago de la Alhaja admite que “da pena pasar por esta zona. Debería estar muy cuidada, y el pinar tendría que tener más vigilancia, pero en cambio desde que empezó el buen tiempo veo como se acumulan hierbas secas sin que se haga nada para cortarlas”.
Pero en pleno corazón de algunos barrios también existen situaciones de peligro. Sin ir más lejos, la reclamación realizada por Sudamérica fue provocada por la pasividad del área de Medio Ambiente. Una parcela vacía en medio de Los Frailes, donde ahora los operarios que realizan las obras de los Fondos FEIL guardan las máquinas y materiales, también necesita una actuación urgente, y en La Florida, justo frente a varios bloques de viviendas, en un espacio paralelo a la parcela que acogerá la piscina de la Zona Norte, también hay otro espacio donde los pastos son lo suficientemente altos como para que Medio Ambiente ya hubiera actuado. “Reclamamos que se corten los pastos secos, que no cuesta mucho al área de Medio Ambiente, porque no sólo por nuestra zona hay peligro. Vayas donde vayas por El Puerto te encuentras hierbas secas que, por pocas que sean, pueden acabar en llamas, y las consecuencias las pagaremos los portuenses. Si limpian una parcela cercana al colegio
La Florida, ¿por qué no hacen lo mismo con otras?”, se pregunta Ramón Soria, vecino de la zona.
Bien es cierto que, en particular, algunos barrios portuenses han tenido que luchar durante años y con denuncias constantes para que se adecuaran los jardines o las parcelas cercanas, como es el caso sufrido por La Angelita Alta.
