El Cádiz CF daba ayer a conocer la salida de dos de los futbolistas que entrenaban apartados del grupo desde la pretemporada. Tanto David García como Juanma Delgado habían sido declarados transferibles al no entrar en los planes del cuerpo técnico, por lo que estaban entrenando junto al resto de futbolistas descartados al margen del gran grupo.

En un escueto comunicado colgado en su página web oficial, el club cadista hacía pública su decisión de “rescindir los contratos de los jugadores D. David García Haro y D. Juan Manuel Delgado Moreno, remitiéndoles los oportunos escritos a los efectos legales pertinentes”.

Juanma Delgado llegó al equipo cadista en el mercado invernal para suplir la ausencia del colombiano De la Cuesta. Entró como titular nada más llegar y en su primer partido incluso anotó un gol. Sin embargo, poco a poco fue dejando de tener peso en las convocatorias de Javi Gracia, hasta que el técnico decidía colgarle el cartel de transferible al final de la pasada campaña. En mitad de la pretemporada, tras un cruce de declaraciones con Julio Peguero, director deportivo del club, la situación estalló. Peguero acusó al jugador de no tener un vida personal demasiado acorde con la que debe seguir un futbolista profesional, algo que no gustó nada al defensa central.

un problema enquistado
Por su parte, David García fue fichado por los amarillos tras quedar libre de su compromiso con el Nàstic de Tarragona. Sus malas intervenciones hicieron que fuera perdiendo fuerza y se viera relegado a jugar cuando no había más remedio para ello.

Los dos futbolistas se han venido quejando del trato que el club les ofrecía al mantenerlos apartados de los demás. Uno de los peores episodios que se han vivido en torno a ellos se produjo cuando se presentaron a entrenar en El Rosal y no encontraron su ropa de entrenamiento. Según comentó Juanma Delgado en la Cadena COPE, se plantearon “salir en calzoncillos a entrenar”, algo que finalmente no hicieron porque les parecía “ya demasiado fuerte, porque representábamomos a un club como es el Cádiz y no nos parecía normal”. Así que su decisión fue llamar a un notario para que conociera los hechos, declarando posteriormente el Cádiz que la ropa de los futbolistas se encontraba en otro vestuario distinto al que habitualmente venían utilizando.

Ante una situación tan enquistada, el día que se cerraba el mercado de fichajes recibieron la propuesta del club para rescincir sus contratos a cambio de parte de lo que les restaba por cobrar, no aceptando ninguno de los dos la oferta en cuestión, por lo que se condenaron a continuar en el equipo apartados y sin ficha.