En la política, como en cualquier orden de la vida, la llamada de la sangre -racial, ancestral, indeclinable-, la apelación al clan, a la parentela, a los allegados y a los afectos estrictamente personales, se antepone, en prelación, tantas veces, a otras consideraciones éticas y estéticas objetivables. No hay nadie mejor que uno mismo a la hora de representar aquellos intereses de los que siempre te erigiste en defensor o, en su defecto, un familiar directo con quien los denominadores comunes, las coincidencias vitales/existenciales, resultaren harto evidentes. No hay historia, pues, que no se halle, ahí afuera, para ser contada con todo lujo de detalles, aunque afecte a propios y parientes, porque en el noble arte de la política la pertenencia a árboles genealógicos concretos, con independencia de la capacidad que se le suponga a cada rama, cuenta. Y mucho.
De la guerra cainita entablada en el PP jienense en el marco de un proceso congresual de 2017 ya tan lejano, el líder del movimiento crítico ‘Jaén Adelante’, alcalde de Porcuna, Miguel Moreno, no solo afrontó con estoica firmeza el desgarro de un enfrentamiento descarnado con el mandamás del aparato, José Enrique Fernández de Moya, sino que también asistió al súbito deterioro de su relación de amistad con Miguel Segovia, forjada merced a la bonhomía del compadre Paco Moreno, otrora abogado de la Somuvisa del Alcázar de Segovia y hermano mayor de Ntra. Sra. de Alharilla, cuando en los dominios del dios ladrillo jahenciano, del Bulevar al polígono ‘Nuevo Jaén’, no se ponía el sol de las plusvalías. Miguel Segovia rompió abruptamente con Miguel Moreno al sentirse ninguneado, un cero a la izquierda (!!!), en el seno del sector crítico, donde se contaba con su apoyo incondicional, poniendo a disposición del oficialismo demoyista, al que tanto denostó, de inmediato, su conocimiento de las bases de la militancia capitalina del PP, engrosadas/engordadas en los tiempos consistoriales de bonanza urbanística y enfrentamientos internos a lo Bariloche.
Así, la rebelión de los patucos pinchó en la ciudad de Jaén por culpa, entre otros (sobre todo), de Segovia, y Moreno jamás se lo perdonaría. El polémico proceso congresual terminó judicializado, con Miguel Segovia representando a San Clemente, y Gloria Madueño, su maestra y mentora jurídica, enfrente, en nombre de la ‘Jaén Adelante’ de su marido, Miguel Moreno. La salida del regidor obulquense del PP enterró el hacha de guerra judicial, peor no apaciguó el desencuentro entre dos familias de amigos y correligionarios que habían compartido infinidad de afinidades. Miguel Moreno acabaría en Ciudadanos, formación en la que uno de sus hijos, Enrique, obtendría un escaño al Parlamento de Andalucía el pasado 2 de diciembre. Miguel Segovia continuó ejerciendo como abogado del partido a lo largo y ancho de la provincia, al tiempo que procuraba limar asperezas entre el alcalde de Jaén, Javier Márquez, a quien comprometió su respaldo en las cercanas elecciones municipales, y el presidente provincial, Juan Diego Requena, al que apoyó en su carrera hacia la presidencia provincial por despecho al otro pretendiente, afanados ambos –Cuqui y JD- en descollar en la galaxia del casadismo emergente. La hábil intermediación de Segovia le ha permitido que la candidatura de su mujer, María de los Ángeles del Moral, independiente, médica, cirujana, docente, vicerrectora de Estudiantes de la UJA, prospere. Cuqui y JD la avalaron. La incompatibilidad de encabezar al congreso y presidir el partido, hizo que Requena dejase pasar este tren. Tampoco es que lo tuviera abrochado. En el anterior expreso parlamentario, el del 2D, quiso subirse de ‘1’ y terminó en tierra. Ahora, el reto individual de Cuqui y JD, por separado, es el Senado, pero hasta que no se presenten completas las listas del PP de Jaén las espadas permanecerán en alto. Batalla de legitimidades. Por su parte, Miguel Moreno mantiene intacta su influencia en la toma de decisiones trascendentes del partido naranja en la provincia de Jaén. Tras el exitoso número ‘2’ de Enrique Moreno Madueño a las Cinco Llagas, Marian Adán, la aspirante a la secretaría general que llevaba Miguel Moreno en su candidatura a la presidencia provincial del PP, tercera vía ante la pugna segura entre Jesús Estrella y Mar Dávila por hacerse con el cargo en la extinta ‘Jaén Adelante’, responsable de Implantación provincial de Cs durante los últimos meses, coordinadora de la última campaña electoral de los naranjas, se hace con el puesto número ‘1’ de Ciudadanos por Jaén al Congreso de los Diputados. Nueva oportunidad para ahondar en las diferencias entre Moreno y Segovia. Si naces para martillo del cielo te caen los clavos. Otra campaña entre ellos, Miguel contra Miguel, a cara de perro.