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"Arcos, con sus particularidades, es un banco de pruebas para ideas "

Mucho se viene hablando en los últimos tiempos de movilidad urbana sostenible, de la necesidad de hacer de nuestros pueblos y ciudades lugares más habitales, menos contaminados y más saludables; de rebajar la inevitable polución que genera una densa circulación de vehículos por un casco urbano estre

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  • Francisco J. Medina propone algunas ideas para mejorar el entorno arcense. -
Mucho se viene hablando en los últimos tiempos de movilidad urbana sostenible, de la necesidad de hacer de nuestros pueblos y ciudades lugares más habitales, menos contaminados y más saludables; de rebajar la inevitable polución que genera una densa circulación de vehículos por un casco urbano estrecho y de lo bueno que sería emplear el transporte público.En aspectos de movilidad urbana se viene implicando de forma especial la Asociación para el Estudio, Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural y Paisajístico de Arcos de la Frontera, no sólo defensora del inmenso valor paisajístico de la ciudad y detractora de las “aberraciones” que se han cometido contra este inigualable marco, sino defensora a ultranza -y es lo mejor- de un modelo de ciudad donde vivir sea, si cabe, un ejercicio más agradable para todos. Francisco José Medina Pérez es el portavoz de este colectivo cuyas reflexiones merecen la pena tener en cuenta.

—¿Cómo nació la Asociación para el Estudio, Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural y Paisajístico de Arcos de la Frontera? ¿Qué empujó a este grupo de personas comprometidas?

—Nació en este periódico con el artículo ¿Es importante el paisaje de Arcos de la Frontera?, publicado en el Arcos Información del 7 de octubre de 1999. Comenzamos con las actividades de denuncia y concienciación con una idea clara, hacer visibles opiniones nada próximas al espíritu de vorágine constructiva de aquellos años. Desgraciadamente como en los jardines, el tiempo nos ha dado la razón. Posteriormente continuamos con el proyecto Los Meandros del Guadalete-Zona Protegida, donde proponíamos la recuperación de este entorno olvidado (caminos, centro de interpretación, huertos familiares, participación de artistas…). Cuando se presentó el terrible primer proyecto del río, le hicimos las diez alegaciones, siempre dentro del espíritu de conservación y restauración paisajística. Constituidos como asociación, lanzando propuestas al nuevo proyecto del río, con artículos y reuniones. Actualmente formamos parte del Consejo Local de Medio ambiente , órgano consultivo donde aportamos nuestras preocupaciones sobre el paisaje cultural y la contaminación visual.
—Sin embargo, no es una asociación que se haya prodigado mucho en denuncias, apariciones públicas…
—Es cierto, somos discretos pero comprometidos y muy activos. Después de una primera fase como asociación, nos centramos en un proyecto empresarial llamado Loverde, Gabinete de Imagen y Cultura ambiental, que recibió el premio Forja XXI de iniciativas empresariales. Con esta empresa, creamos productos diversos como libros, catálogos, itinerarios y exposiciones todas desde una óptica cultural y natural.
—¿Entiende que Arcos tiene que poner freno de forma tajante a la contaminación acústica, visual…?
—Desde nuestro punto de vista, en una pequeña ciudad histórica como es Arcos, deben cuidarse varios ámbitos del patrimonio como son las tipologías constructivas tradicionales, el patrimonio artístico heredado, el paisaje, el entorno natural. Luego deben ponerse en valor para que el ciudadano se vea reflejado en él y tenga sentido de pertenencia.
—Aunque sea hablar de política, ¿se está en el camino correcto con medidas como el Plan de Movilidad Urbana?
—Si en este Plan de Movilidad Urbana se atiende las necesidades del ciudadano y una respetuosa y estrecha relación con el entorno natural y cultural más cercano, será un buen plan. Si a esto se le suma una campaña de concienciación ciudadana y escolar, será mejor. Y si se propicia la participación de asociaciones y particulares interesados en aportar ideas, será perfecto.
—¿Cree que es un sueño conseguir una ciudad más sostenible o se puede lograr teniendo en cuenta las dificultades orográficas y el entramado de calles y barrios?
—Las dificultades deben ser trampolines para saltar y no sillones para lamentarse. Ninguna ciudad tiene un modelo de sostenibilidad igual que otra. Arcos, con sus particularidades, es un banco de pruebas para ideas innovadoras; pero insisto, sin concienciación del ciudadano y sin educación de nuestros jóvenes, nada de nada.
—Cuando se habla de movilidad sostenible parece que todo está en manos de la administración, cuando el ciudadano debe ser el primero en poner de su parte, tomar conciencia sobre la conveniencia de utilizar el transporte público, caminar…
—Los ciudadanos casi siempre van adelantados en lo bueno y en lo malo a la administración. ¿Alguien adelantó el éxito deportivo y lúdico que suponen los caminos del río y los itinerarios por la antigua carretera nacional? Todas las tardes multitud de personas usan estos caminos y justifican positivamente la iniciativa. Si no tenemos ideas, salgamos de Arcos y viajemos a Segovia o Toledo, modelos de ciudades respetuosas con el paisaje y con el patrimonio. Si no sabemos gestionar las ocupaciones ilegales, dejemos en manos de la Junta de Andalucía los deslindes y la aplicación de la norma. Copiemos sin complejos, copiemos.
—¿De qué manera se implicará la Asociación para el Estudio, Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural y Paisajístico de Arcos de la Frontera en la puesta en marcha de ese plan de movilidad?
—Nuestro grupo se centrará en analizar primero el proyecto y proponer ideas desde el conocimiento. Lo hicimos así con el proyecto del río y creo que aportamos ideas de interés para su futura gestión.
—Hablemos del paisaje, motivo eterno de poesía y admiración, pero bastante degradado por la permisividad urbanística… La Gallarda, El Retiro… son claros ejemplos de cómo se ha tapado la esbelta silueta de la ciudad, y no digamos nada del avance de las construcciones ilegales que han mermado el campo en los últimos tiempos, situándolo cada vez más lejos del casco urbano… ¿Qué opina de esta situación?
—Terrible y sin solución, y para colmo con una administración maniatada y a veces irresponsable. Pero solo nos queda reflexionar y señalar a los culpables y parar lo que está en marcha: urbanizar Los Cabezuelos, zona en cuenca visual sin proteger, no; urbanizar el Cerro de la Horca, en zona de interés paisajístico pero fuera del PGOU del 1995, no; legalizar o legitimar la ocupación de vías pecuarias, no; permitir que desaparezca el patrimonio industrial de Arcos (molinos, fábricas antiguas, túneles del tren, etc.), no; seguir dejando que cuatro empresarios de la construcción, sin criterio estético y sin formación sobre el patrimonio, planifiquen el urbanismo de Arcos y decidan sobre la herencia paisajística de nuestros hijos, no; y crear instituciones culturales como museos y centros de interpretación sin un modelo de gestión y promoción, no. Suma y sigue.
—¿Qué otros asuntos inquietan a la asociación? ¿En qué trabajan en la actualidad?
—Actualmente trabajamos en la segunda fase del Inventario de Objetos artísticos de las Calles de Arcos. La primera fue un proyecto escolar. Dentro de este inventario hacemos una propuesta de normativa específica para Arcos sobre contaminación visual. La intención es hacer visible el patrimonio inmueble de las calles de Arcos, conservarlo y restaurarlo. Y a nivel didáctico estamos dando forma al Gabinete Didáctico de la Red de Museos de Arcos, una propuesta de gestión integral de la oferta museística.

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