Los camiones se han convertido en una pieza esencial para abastecer a la población de alimentos durante la pandemia de coronavirus, una cadena de suministro que puede romperse por la crisis económica en el sector debido a la dificultad para disponer de mercancías que cargar en el viaje de vuelta.
Cuando se fleta un transporte, los camioneros tienen en cuenta los costes con mercancía de ida y de vuelta, y la falta de carga en el retorno "dispara" los costes y está llevando a las empresas del sector "al límite", según ha afirmado el secretario general adjunto de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), Dulsé Díaz.
Antes de la crisis de la pandemia, los camiones solían hacer el 80 por ciento de sus kilómetros cargados y el 20 % descargados, aunque ahora hacen solo la mitad con carga, lo que pone en riesgo la viabilidad de las empresas de transporte y la posibilidad de que se rompa la cadena de suministro de alimentos y de material sanitario que "tan bien está funcionando" hasta ahora, advierte la patronal.
Un camión que salía de Andalucía hacia el norte con fruta o verdura solía regresar con otras materias, como azúcar o piezas de automoción, pero al no poder cargar debido al cierre de muchas empresas por la pandemia, tienen que asumir todo el coste del retorno.
Esos costes "se los llevan todo en las costillas las empresas de transporte", que tienen "poca capacidad de aguante" porque son pequeñas, con una media de tres vehículos y medio por empresa, explica Díaz y corroboran otros camioneros.
Por ello, desde la CETM han hecho un llamamiento a organizaciones que representan a los cargadores y al Gobierno para que se asuman los nuevos costes extraordinarios de forma compartida, aunque no han tenido éxito.
"Existe una falsa creencia en la sociedad, y creo que en el Gobierno, de que como el transporte de mercancías es un sector esencial nos estamos hinchando a trabajar y a mover mercancía, pero por desgracia nada más lejos de la realidad. La mitad de la flota está parada porque nuestros clientes están parados", añade Díaz, que calcula en 600.000 los empleos directos del sector.
Los que trabajan con ámbitos esenciales transportando medicamentos, material sanitario, alimentos o bebidas lo hacen "pero muy al límite porque tienen los costes disparados" al no haber carga en el viaje de retorno, abunda el representante de CETM, organización a la que califica como la mayor patronal europea del sector y con el 52 % de representantes en el comité nacional del transporte.
Si no se entiende la necesidad de compartir costes en una situación "excepcional", "al final vamos a reventar", vaticina Díaz, quien lamenta que, además de la posibilidad de que se puedan contagiar de coronavirus por no poder estar confinados, "asumimos el riesgo de arruinarnos".
José Manuel Ortega, un camionero andaluz, ha relatado su experiencia durante la pandemia y ha lamentado el peligro de pérdidas de la compañía para la que trabaja porque desde hace unas semanas le cuesta encontrar mercancía de vuelta tras llevar alimentos al norte o el levante español, y eso a pesar de las interminables jornadas de trabajo diarias.
A veces ha tenido que estar hasta un día entero sin salir de su camión porque no tenía carga disponible y para no contagiarse de coronavirus, añade el camionero, quien critica la falta de respaldo a un sector que considera "esencial" para la actividad económica de un país.
El camión es una "prisión con ruedas", enfatiza el camionero andaluz, que está dispuesto a "bajarse" del vehículo y abandonar ese trabajo "si nos dan otro tijeretazo".
El problema añadido, según asegura, es que no hay "reemplazo" porque los jóvenes no están dispuestos a asumir los sacrificios que exige la profesión de camionero.