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Sindéresis

Imagina que un día

Imagina que, en tu pueblo, lo primero que sucede es que sacan a rastras a todos los concejales del ayuntamiento y les revientan la cabeza a tiros.

Publicado: 27/07/2020 ·
15:12
· Actualizado: 27/07/2020 · 15:12
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Independientemente de lo que opines del intervencionismo regulador del Estado, el acogimiento sanitario de inmigrantes, la tauromaquia o la laicidad de las instituciones, pienses lo que pienses sobre temas de esta índole que dicen que separan el país entre izquierda y derecha, imagina que un día un puñado de generales intentan un golpe de Estado.

Imagina que, en tu pueblo, lo primero que sucede es que sacan a rastras a todos los concejales del ayuntamiento y les revientan la cabeza a tiros. Que, después de eso, se van a por maestros y libreros, y los encierran o directamente los matan.

Imagina que a tu pareja en el dominó, con el que discutes de política y de fútbol demasiadas veces, lo sacan del bar y se lo llevan y no lo ves nunca más, y que su familia te pregunta por Dios si sabes algo. Que tú tienes que saber algo, ya sabes por qué: a ti no te llevaron. Imagina que el gobierno solicita la ayuda de todo el que pueda empuñar un arma para evitar el golpe, que se está dando en pueblos, fábricas y puertos. Están matando a la gente por todas partes y no sabes qué va a pasar con los tuyos, y sales de la mina con otros veinte camino del ayuntamiento para que te digan qué hay que hacer, dónde hay que ayudar.


Entonces aparecen bocas de cañón por camino, y granadas, y os vuelan por los aires, y a los que salís con vida os persiguen por los pueblos cercanos, y se os llevan, y se llevan a la gente que os atendió las heridas o que os escondió en la casa, y para los que no queda transporte, los marcan para más tarde, para la cárcel, para quitarles sus negocios y sus casas, y rapar a sus mujeres y dar a sus hijos a orfanatos.

Imagina que, independientemente de lo que pienses sobre política, eres demócrata, y te dicen que vas a prestar tu voz y tu prestigio a la causa golpista o tú y tu familia lo vais a pagar. Imagina que con tu voz y tu prestigio pretenden que la gente rechace la democracia.

Imagina que sobrevives a todo eso, a tres años de guerra en que has visto barbarie en todos los frentes y bandos, porque la guerra es la guerra y sus cachorros más hambrientos florecen en cualquier oscuridad. El golpe de estado se consuma. Los vencidos se exilian, si pueden, o entregan las armas. Imagina que después de esto, no hay paz. Imagina que rendir las armas no ha servido para que haya paz, sino para poner el cuello, que vuelves a aquellos primeros días en que los golpistas visitaban a los concejales, al maestro y al librero, al minero y al soldado, al que quedó en pie y se rindió, y la rendición no sirve. No se reconstruye, no hay paz, nunca hubo dos bandos, porque los perdedores y sus familias son tratados como criminales durante 1, 5, 10, 40 años de penosa dictadura en que no se restauró ningún orden, no se resolvió ningún problema, solo se generaron nuevos ricos, terratenientes y chivatos.

 Un estado infernal como las infernales dictaduras comunistas de las que iban a salvarnos.

Y esto ya no son crueldades de la guerra. Sería de esperar que los militares hubiesen hecho honor a aquellos que respetaron el juramento de defender el orden constitucional, que lo hubiesen entendido, pero no, no hubo honor militar, hubo más bandidaje, más ajustes de cuentas, más violaciones, más asesinatos, robo de niños, lavado de cerebros y esclavitud.

Hubo Edad Media y golferío.

Y cuarenta años para borrar la memoria.

Pero la memoria es tozuda, y no olvidamos, no. Estudiamos, desenterramos, catalogamos, anotamos y difundimos, y así será hasta que cada uno de los crímenes haya sido aclarado y cada uno de los criminales haya sido puesto en el lugar de la historia que le corresponde.

Uno de los generales golpistas, que arengaba desde la radio para que las tropas violaran mujeres, se llamaba Queipo de Llano, y su cuerpo es motivo de culto en la basílica de La Macarena. Tú, independientemente de lo que opines de política, ¿qué opinas de esto?

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