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Jueves 25/04/2024  

Andalucía

"Si no convencemos al Supremo, habrá que optar por otros suelos"

La ordenación del territorio es la base para garantizar, no sólo el derecho a una vivienda, sino para orientar la competitividad de la economía tanto en los municipios como en la región, incluso con proyectos específicos como el de Las Aletas.

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  • El consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Espadas. -
La vivienda es la política estrella de esta Legislatura para los socialistas, pero depende de una ordenación territorial de la que cuelguen los planeamientos municipales y los planes subregionales. Mucho trabajo es lo que se extrae de la entrevista en el Parlamento que mantuvimos con el consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Espadas.

—¿Que es más importante, vivienda o la ordenación del territorio?
—La ordenación del territorio es siempre una decisión que precede a muchas posteriores, entre ellas, dónde van las viviendas. Hay una apuesta en esta legislatura muy decidida por la vivienda y hay que destacarla. Se trata de hacer una política de un ámbito competencial que incide en decisiones económicas, para orientar un territorio hacia la competitividad.
—Siempre se ha echado en cara a la Junta los retrasos en la aprobación de los planes de ordenación del territorio, ¿cómo estamos ahora?
—Muchas veces vemos nuestro terruño y no comparamos. Pero en Andalucía, antes de la década prodigiosa inmobiliaria, de la especulación, ya estaba la ley del Suelo del 98 y en 2002 la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía, en 2006 se lanza la Consejería a hacer una ordenación del territorio extensiva con el POTA. Esa dialéctica permanente de que la ordenación del territorio parece como una restricción a las expectativas económicas es lo que hace que su proceso de maduración haya sido lento. No tenemos que fustigarnos diciendo que en Andalucía lo hemos hecho mal ni que hemos llegado tarde.
—Sin retrasos, se hubieran evitado casos concretos de conflictos de ordenación como Las Aletas.
—En proyectos concretos como ese, lo primero es fijar la raíz del problema: determinados territorios están muy estrangulados por dificultades naturales y no dan respuesta a una vocación, por ejemplo industrial. Pero es ajeno a la sentencia del Supremo, que lo que dice es que no se ha justificado suficientemente la utilización del dominio público para una finalidad que se podría haber hecho en otro lado. Hay una escasa fundamentación, a juicio del Tribunal, que hay que reforzar y lo haremos. Si ese refuerzo no consigue convencer al Tribunal de que el dominio público admite esa excepcionalidad, obviamente habrá que optar por otros suelos en el entorno de la Bahía, con las dificultades que tiene de deslocalización de empleo.
—¿Cómo van los planes subregionales que restan en Cádiz?
—Hemos sacado a información pública el del Campo de Gibraltar, con unanimidad en la Comisión, a pesar de que el PP siga con la tesis oficial de que la ordenación del territorio es un instrumento de la Junta para intervenir en las decisiones de los ayuntamientos. Sacarlo por unanimidad, aunque sea mejorable, es un valor en sí mismo, y no repetir la batalla campal de Huelva o la Costa del Sol Oriental. Estoy satisfecho con el Campo de Gibraltar y ahora queda La Janda y Noroeste con la idea de cerrar todo el litoral en unos meses.
—La segunda pata de la ordenación es la municipal, ¿cómo van las adaptaciones de los planeamientos?
—En un año y medio, de 69 planes adaptados en mayo de 2008, hay 230, el 45% de la población. La prioridad han sido las adaptaciones parciales para identificar las viviendas protegidas y dotaciones y equipamientos públicos básicos. Un municipio sin planeamiento o no adaptado es un municipio mermado en sus facultades de desarrollo, en su potencial de crecimiento y en su seguridad jurídica. Y eso lo han entendido los ayuntamientos. El objetivo es llegar al 80-85% al final de la legislatura y que deje de ser un problema la adaptación de la LOUA.
—Pero ¿hay voluntad?
—Ha habido un cambio de actitud evidente, favorecido por la crisis pero también porque ahora se están viendo las consecuencias de decisiones mal tomadas, en algunos casos con responsabilidad penal, de estos años. Otra cosa es cómo arreglamos el pasado con las edificaciones ilegales. Andalucía no tiene problema en el 80% de su territorio, lo tiene en cuatro o cinco zonas o municipios concretos. Es capital que los ayuntamientos recuperen la credibilidad ante sus ciudadanos. Para eso vamos a reforzar sus propias competencias en disciplina urbanística en un reglamento que aprobaremos en un mes o mes y medio, revisando la normativa, por ejemplo, en los derribos exprés, porque no es lo mismo tirar una estructura que una casa que lleva cinco años levantada.
—La justicia ha tenido mucho que ver...
—Está claro y la creación de la fiscalía especializada. Cuando se ha generado una conciencia es ahora, ha evolucionado todo. Y en ese nivel de complacencia hacia los usos y costumbres con las casas de apero en un territorio, la ciudadanía también ha ido modulando. Que en Castilblanco o Arahal haya mil edificaciones no es cosa de un vecino, es un alineamiento de satélites que lo permite.
—Hablemos de vivienda...
—Ahí el titular es el mismo y no por eso menos importante. Conseguir que en un territorio como el andaluz y sobre todo en cada uno de los municipios haya una oferta suficiente de vivienda a precio asequible. Y sólo se puede hacer si Junta, Ayuntamientos y Estado ponen en común sus recursos y sus competencias. Nosotros creemos que para hacer una gran modificación estructural, de la que habla muchas veces el PP, de la política de vivienda hace falta segregar y diferenciar el mercado de la vivienda libre de las de precio tasado y construir un edificio coherente. Esa es la Ley de Derecho a la Vivienda, porque establece obligaciones concretas a las administraciones, qué tiene que hacer cada uno. Ya no son temas aleatorios de "voy a hacer un sorteo y el que quiera que se apunte". Y si unos y otros no cumplen, está la posibilidad novedosa, innovadora de que un ciudadano vaya a un juez y diga en mi municipio no hay registro o no cumple la programación o la Junta no establece los recursos, y emitirá la típica sentencia que obliga a cumplir la obligación.
—Pero no convencen al PP.
—El PP está absolutamente convencido, lo único que no lo dice porque está en una estrategia de que todo lo que sea positivo o una gestión correcta de la Junta le quita puntos para conseguir su objetivo único que es la victoria en unas autonómicas y para eso hay que desgastar. Argumentos, escasitos. Ponga usted enmiendas para construir un derecho, y si tienen una alternativa mejor, dígalo.
—¿Cómo va la programación de vivienda?
—Los números, en el peor de los escenarios, se van cumpliendo, de las 100.000 calificaciones de vivienda para la Legislatura estamos en 30.000, que se iniciarán cuando tengan financiación, porque una parte queda sin que haya conseguido el crédito, algo que no está en manos de la Junta. Ahí es donde estamos trabajando porque el riesgo en vivienda protegida es mínimo y es el sector de la construcción que queremos que funcione, porque activa 25 sectores de producción a la vez, necesitamos esos empleos sostenibles porque la gente va a seguir queriendo viviendas. Esto sí es coyuntural pero recuperable.
—Pero no está fluyendo el crédito a pesar de todos los acuerdos.
—Los acuerdos no eximen de la relación entre el cliente o el promotor y la entidad, donde no firma nadie de la Junta ni del Ayuntamiento. Estamos trabajando para que las entidades no retrasen promociones viables, si no son el 100% que sea el 70% y con eso desbloqueamos la situación.
—¿Cómo van a articular la salida al mercado del stock de viviendas?
—La campaña se iniciará el 1 de enero y lo llevaremos al Consejo de Gobierno, con sus 1.000 millones de euros, en diciembre. Tenemos ultimado un modelo de convenio para que las entidades financieras se adhieran, porque es ahí donde acaba la concesión de ese préstamo, y habrá una campaña informando de qué requisitos tienen que tener las viviendas para que se puedan acoger.
—¿Cuántas viviendas calculan que vayan a salir finalmente?
—El stock afloró 70.000 pero si hay más, es una decisión que tiene que tomar el promotor. Tiene que haber como mínimo una rebaja del 20% y el único elemento objetivo que hemos encontrado es el valor hipotecario.
—¿Dónde se han localizado las viviendas, en el interior o en la costa?
—Málaga, Sevilla y Almería son las que tienen más stock de viviendas aflorado, el 54% en el interior y el 46%, el valor hipotecario medio en 152.000 euros. En Cádiz sólo hay 255 pero en La Línea hay 1.123, en Chiclana, 861, y en Jerez, 857. Si todo lo que nos aflora son apartamentos de playa, pues no estamos hablando de un acceso a la vivienda de forma habitual, sin embargo ha sido de forma mayoritaria en el interior.
—¿Cómo articularán la conversión de esos solares que vienen de la deuda histórica en vivienda?
—Hay distintas posibilidades en función del tipo de suelo. Los que sean claramente de VPO, lo haría EPSA dependiendo de sus capacidades financieras, o a través de la sociedad patrimonial Sogefinpa porque cualquier desarrollo va a necesitar de una capacidad de inversión y de endeudamiento, y después inmediatamente retornar esa inversión para destinarlos, como dice la consejera, a salud o educación o lo que quieras...

El hombre "básico" que compra en las tiendas de barrio

Juan Espadas (Sevilla, 1966) es Licenciado en Derecho aunque su especialización ha venido siempre de la mano del medio ambiente. De hecho, en su despacho del Parlamento cuelgan algunas fotografías claramente ecologistas de su época como viceconsejero, aunque antes tuvo labores en la planificación de calidad ambiental y en la empresa pública Egmasa.

A este hombre “básico sin grandes gustos exquisitos” lo escogieron para constituir la nueva Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, aunque el cargo no evita que siga teniendo que “meter el cuello” los fines de semana en casa para compensar el tiempo que pasa fuera. De hecho, reconoce que con la política le queda poco tiempo para sí y sólo le quedan esos momentos para tomar una cerveza con los amigos, eso sí en sábados y domingos.

Y para compensar en casa, se encarga de la compra los fines de semana, carro incluido, e incluso el chándal. Al consejero se lo pueden encontrar por su barrio un sábado por la mañana, carro en mano, con la lista de la compra que reconoce hace su mujer, que es experta. La parte “más simpática”, reconoce, es ponerse en la cola, escuchar a la gente y, mientras atiende una llamada de teléfono, que se le cuelen “dos mujeres más listas en el deporte de la tienda”. Hace tiempo que dejó “de ir de excursión al Carrefour”, sobre todo desde que se trasladó de Dos Hermanas a Sevilla, donde el barrio le ofrece todas las posibilidades.

Además de su mujer y sus hijos, sus amigos y el ir de tiendas en el barrio, a Espadas le gusta el cine, la lectura, el deporte, para lo que no tiene mucho tiempo. Bajando al político a la tierra, “soy ordenado, básico, no tengo grandes gustos exquisitos ni curiosos ni extraños”, reconoce.

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