Es ante las adversidades cuando se conocen verdaderamente a las personas, cuando sale a relucir el verdadero yo que todos llevamos escondido y que se aleja mucho de la realidad, a veces, eternamente oculta para nuestros coetáneos. Estos tiempos que vivimos son de los que ponen a prueba constantemente nuestros valores, siendo estos los que marcan las pautas de conductas en nuestras acciones, creándose luchas internas que se confrontan entre sí ante presiones sociales, familiares y sobre todo, dadas las circunstancias ante esta terrible pandemia, laborales.
España se enfrenta a una de las peores épocas de su historia actual, y que sólo acaba de empezar, dejando carencias en todos los aspectos. Tras la pandemia, tendremos que asumir sus consecuencias, y no será fácil afrontar las miserias que la Covid-19 ya está dejando y dejará a su paso.
Será en esos duros momentos donde se pondrán a prueba nuestras cualidades y capacidades para solventar las dificultades, que nos harán más fuerte como sociedad, a pesar de nuestras propias debilidades, tanto personales como colectivas. El recorrido no será fácil, y muchos tomarán el camino más cómodo, “como se lleva haciendo toda la vida”, y en cada uno de nosotros estará esa diferencia que marcará el devenir de los nuevos tiempos, siempre sujetos a nuevas circunstancias, y sobre todo, a dichos valores, que serán los cimientos de una futura sociedad: “Para bien o para mal”.