El Ramón de Carranza ha visto como el Cádiz suma once de los dieciséis puntos con los que cuenta el equipo cadista. Los futbolistas de Javier Gracia han superado al Recreativo de Huelva (1-0), al Real Unión (2-1) y al Celta (3-1) jugando en casa. A esos nueve puntos hay que sumar los empates cosechados ante el Córdoba (0-0) y el Betis (2-2).
En cambio, la cruz del Cádiz está lejos de casa. Los cadistas sólo han sumado cinco de los veintiún puntos que había en juego en sus siete envites como visitantes. Y ese precisamente esto lo que se pretende corregir cuanto antes. Tras dos derrotas fuera de casa de forma consecutiva, ante el Villarreal B y el Girona (esta última por goleada, además), el único objetivo del equipo es cambiar esa situación y vencer esta misma semana en su visita al Elche, un compromiso nada fácil.
Una victoria por la mínima diferencia (0-1, con gol de Nano) en Albacete y sendos empates ante Rayo Vallecano y Levante es la cosecha positiva de un Cádiz que ha perdido los otros cuatro partidos que ha jugado sin ejercer como equipo local (Hércules, Castellón, Villarreal B y Girona).
Los amarillos, aparte de la poca capacidad para puntuar que vienen mostrando cuando viajan, muestra una fragilidad defensiva más que alarmante. En los siete partidos lejos del Carranza, el Cádiz ha encajado catorce goles y sólo ha hecho cinco. Mientras, jugando como local ha anotado nueve goles y ha recibido ocho, unos números bastante flojos, pero que han bastado para amarrar once puntos de veintiuno posibles y escapar de los puestos de descenso directo a Segunda División B. Una derrota o un empate ante el Celta habría metido a los cadistas en la zona caliente. De hecho, tan sólo dos puntos separan al equipo de los conjuntos que descenderían si la temporada concluyese hoy mismo. En cambio, es el propio Celta el que acompaña a Huesca, Castellón y Murcia en unas posiciones de las que el Cádiz debe huir lo antes posible si no quiere problemas.