No le han sentado bien las vacaciones al señor Presidente del Gobierno de España. Sin duda alguna, Pedro Sánchez no ha vuelto muy fino en la toma de decisiones tras su descanso veraniego.
Un esperpento más va a ser esa mesa catalana entre el Gobierno de España y el Gobierno de Cataluña. Se va a producir la deseada bilateralidad que tanto querían los independentistas catalanes y se abre una puerta para que muchas Comunidades Autónomas planteen iniciativas similares con el fin de no verse con un menoscabo de sus recursos ante la tensión que planteen los que quieren romper España.
Estoy de acuerdo con que se debe tener diálogo y consenso en la política pero eso no debe conllevar que nuestro Presidente se siente con cualquiera cuando sabemos qué intenciones llevan detrás.
Por otro lado, tampoco está siendo muy fina la política energética que se está llevando a cabo por parte del Gobierno. Todo son medidas coyunturales y de parcheo ante un grave problema que hace que se estén marcando precios máximos históricos en este suministro esencial para nuestras vidas.
Cuando me dedicaba al ámbito del consumo, ya alerté en el año 2007 del auténtico disparate que suponía la liberalización de este suministro tal y como se estaba planteando. Miren, la normativa europea es cierto que es obligatoria en cuanto a esa apertura que se hizo pero hay países de nuestro entorno que han basado la factura de forma totalmente distinta, sin ir más lejos Portugal. En esos países no hay una relación precio-factura en tiempo real tal y como pasa en España, sino que se plantea en mercados de futuros. ¿Qué ventaja tiene esto? Pues que el consumidor sabe qué precio va a tener en los próximos cuatro meses lo que le da un margen de maniobra para poder adaptar su contratación y tarifa a la realidad económica.
De esto no se habla, se habla desde un punto de vista económico intervencionista, tal y como gusta al ala radical de izquierdas del Gobierno. La solución no es intervenir empresas y beneficios porque lo que implica y va detrás de estas decisiones es la aleatoriedad a la hora de decidir por parte del poder político sobre quién gana o mucho en su empresa. Hoy son las eléctricas pero mañana serán los bancos u otras empresas y nuestra economía entrará en una clara inseguridad jurídica.
¿Qué empresa importante va a invertir en España ante un riesgo de intervención de sus beneficios? Les respondo, ninguna.
Y, finalmente, si no teníamos suficiente, nos encontramos con esas desafortunadas declaraciones de Pedro Sánchez sobre la vacunación. En su televisión, la española, se atreve a afirmar que en España se ha vacunado sin pedir información sobre creencias, sobre ideologías, sobre el voto que se haya realizado.
¿Han visto mayor disparate que esto?
Señor Sánchez, va en caída libre. No sé si es por los socios de Gobierno que tiene o si es que a usted se le ha acabado el crédito tanto en su partido como para el conjunto de los españoles.
Reaccione y minimice los daños que ya ha provocado mediante decisiones valientes y necesarias. Cuando se gobierno hay veces en las que hay que mirar el interés general y lo justo y necesario. Este es ese momento y no el de mirar la aritmética parlamentaria o de encuestas.
