“Tengo todo el tiempo del mundo”, dice entre risas Helena Lucena cuando atiende la llamada de Viva Málaga. Y es que esta joven, natural de Antequera, ha estado encerrada una semana en un hotel covid de Sandefjord, ciudad Noruega a la que llegó para aprender inglés y trabajar como camarera.
Con trabajo ya encontrado, ilusión por conocer a gente nueva y a falta de firmar el contrato, Helena llegó a la ciudad el viernes pasado con una prueba PCR negativa y una dosis de la vacuna puesta. Sin embargo, cuál fue su sorpresa, cuando al aterrizar le dijeron que no tenía la pauta completa de vacunación y provenía de un país “en color rojo”. “Me retiraron el DNI y me hicieron un montón de preguntas y yo tengo un nivel de inglés muy bajo. Me preguntaron por mi jefa, por mi contrato, pero yo lo iba a firmar cuando llegase. Mi jefa habló con ellos, pero nada, me dijeron que tenía que irme del país”, explica.
Tras otra prueba en la que dio negativo, la trasladaron al hotel covid en el que estará hasta este viernes, cuando por fin podrá regresar a nuestro país. “También me retiraron el pasaporte y me dijeron que tenía que quedarme ahí hasta que hubiese un vuelo”, detalla. Ahí es donde empieza la serie de desventuras, llamadas y peticiones a la Embajada española que la llevaron a grabar un vídeo y subirlo a su cuenta de Instagram, que ha tenido más de 11.000 reproducciones.
“Todos los días venía la policía al hotel y preguntaba por mi caso. La primera vez me dijeron que Noruega y España tenían que ponerse de acuerdo para dejarme volar, pero en la Embajada española me dijeron que no tenía sentido que ambos países se tengan que poner de acuerdo para mi regreso, que llamase insistentemente, pero no tengo inglés para tener esa conversación”, afirma.
En el establecimiento en el que se ha alojado ha visto cómo entraban y salían cada día personas en su misma situación, algo muy frustrante para ella, que no tenía información de qué iba a pasar con ella y por qué llevaba tanto tiempo ahí. “Yo pensaba que en la Embajada me iban a ayudar, pero he visto que no es así”, explica.
En el lado bueno de las cosas, asegura que ha conocido a mucha gente y ha estado aprendiendo inglés, “pero no de la manera como yo me esperaba”. Comenzó a ver el final cuando este miércoles le hicieron otra prueba, que dio negativa, y le dijeron que podía ser que volase ya mismo. El jueves llegaron las buenas noticias: tenía un billete para España este viernes, a las 12:00 horas. “¿Cuál ha sido el problema? Yo llegué un viernes y fue el sábado cuando se envió la solicitud a España, que no la ha mirado hasta este martes. Mi denuncia es esa, que he estado desinformada todo este tiempo por la tardanza de mi país en resolver este caso”, asegura un poco más tranquila.
¿Y después? Esta modelo y fotógrafa reconoce que no es una persona rencorosa. “Quiero volver porque esto es precioso, hay unas vistas impresionantes y claro que volvería, pero no con restricciones”, dice.
Cuando estaba inmersa en la pesadilla que ha vivido solo pensaba en regresar y poder comerse unos espetos en Benalmádena. Ahora, por fin, podrá hacerlo.