Un estudio confirma las causas de la coloración del agua en Arcos

Publicado: 14/06/2022
El análisis, realizado por una empresa independiente, confirma que la mezcla de hierro y manganeso con el cloro produce ese desagradable color en la red general
“Queremos dar la cara y ser claros”. Así se expresa el alcalde de Arcos de la Frontera, Isidoro Gambín, visiblemente preocupado con los graves problemas que viene sufriendo el municipio con el suministro de agua. Sin ir más lejos, el pasado lunes el Ayuntamiento recibió el informe de la empresa a la que recientemente se encargaba un análisis del agua procedente de los pozos del término municipal; informe que concluye que los acuíferos arcenses están poco a poco agotándose, es decir, “que cada día tienen menos agua”. Ello es la consecuencia no solo de la sequía, sino del cambio climático, lo que obliga al municipio a buscar el agua a mayor profundidad con el consiguiente peligro de registrar mayores niveles de hierro y manganeso, causa de la coloración del agua. Estas partículas, al entrar en contacto con el cloro y según el informe, son las que producen la turbidez tan denunciada por la vecindad desde finales del año pasado.

Gambín ha insistido en que estas conclusiones no son del Ayuntamiento, sino de una empresa especializada e independiente.  Por esta razón el municipio viene gestionando su conexión a la red del Consorcio provincial Bahía de Cádiz, lo que supondrá una inversión de unos 26 millones de euros porque es preciso unir la localidad con la barriada de Jédula por donde pasa la red. El próximo pleno podría tratar ya este proyecto.

Según el propio alcalde, es en el pozo número seis de la ciudad donde se produce la mayor acumulación de hierro y manganeso, aunque está previsto como alternativa que en unos días esté operativo el pozo número siete de reciente construcción, que podría ser una solución según también avanza la empresa concesionaria del servicio, Aqualia.

Gambín ha lamentado el discurso de la oposición porque rechaza la conexión de Arcos a la red provincial, lo que obligaría a la población a tomar agua de los embalses, cuando el Ayuntamiento entiende que ésta será la solución definitiva. “Somos responsables, pero no culpables de esta situación”, esgrime Gambín. Por ello el alcalde espera que los partidos políticos compartan esta responsabilidad y que, en este sentido, abandonen los chistes y bromas que publican estos días en redes sociales.

El alcalde ha invitado a la población a comprobar qué color manifiesta el agua cuando el hierro y el manganeso se unen con el cloro, para que así se cerciore del problema que sufre la ciudad con su agua potable. “Hay que colaborar, aportar, sumar, construir... Nosotros lo haremos aunque nos veamos solos. Algunos creen que somos los culpables, pero nos superaremos. No me cabe la menor duda”, señalaba el alcalde, que se ratificaba en medidas como la apertura del pozo número siete. Al tiempo, el Ayuntamiento de Arcos seguirá combatiendo la ingente cantidad de cal en las tuberías de la red general.

Gambín ha dejado claro que nunca ha dicho que el agua sucia pueda ser consumida, con lo que ha explicado sentirse víctima de determinadas críticas y malos entendidos que lo han culpado directamente de esta situación. “Nos va a dar igual gastarnos miles de euros en compensar a las personas afectadas, para que dejen de pagar uno o más recibos en meses venideros”, señala Gambín, que alude a la puesta en marcha del protocolo que se redactó a tal efecto hace unos meses.

“Si no se puede dar un servicio digno, habrá que tomar las medidas oportunas”, se reitera en alusión a las posibles ayudas. Si bien habla de “un problema sobrevenido”, espera que la oposición no haga leña del árbol caído con un tema tan grave para la población.

El delegado de Infraestructuras, Diego Carrera, ha realizado una cronología de los hechos. En enero el Ayuntamiento pidió una solución a Aqualia y recuerda que las zonas más afectadas son las que se suministran desde el pozo número seis. En febrero hubo pleno extraordinario para tratar el asunto. Ya entonces Aqualia pidió el adelanto de dos anualidades de inversión para actuar; es decir, unos 240.000 euros, cantidad insuficiente a todas luces.

El delegado de Urbanismo, Juan Ramón Barroso, ha dicho esperar que la oposición no saque rédito político de este problema y nuevamente ha pedido comprensión a la población. 

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