El director de cine arcense Juan Escribano Tamayo acaba de recibir con gran alegría la Mención de Honor al Mejor Corto Andaluz en el Sevilla Indie Film Festival (Seviff) 2022, gracias a su cortometraje ‘Dejar de ser’; un trabajo que, con la actriz África de la Cruz, aborda temáticamente el sufrimiento por el que pasan a menudo los trabajadores y trabajadoras de la hostelería de manos de los incomprensivos y exigentes clientes, por sus bajos salarios y otras situaciones que han dado pie a esta breve pero intensa historia. Sin embargo, su obra ya gozó antes de otros reconocimientos, como en el Feratum Festival de México donde su trabajo formó parte de la selección oficial de cortometrajes nacionales ‘EmmA’ (2021), en este caso con un corto que trata de la soledad y la falta de identificación con uno mismo provocadas por el uso de la tecnología.
Juan Escribano, nacido en Arcos hace 31 años, se formó en Sevilla como técnico superior de Medios Audiovisuales, para más tarde graduarse en la Universidad Autónoma de Barcelona en Artes Visuales. La gran pasión de su vida es, sin duda, el cine, pero también están los libros que consume como el aire que respira.
Vives en Sevilla pero no has perdido tus raíces arcenses. Con una familia tan grande era difícil lo contrario. ¿Qué te sigue uniendo a Arcos?
– Mis dos familias son de allí. Arcos es mi origen y donde viví hasta los doce años en la barriada El Santiscal. Cuando terminé mis estudios en Barcelona marché a Londres para trabajar en el mundo de la publicidad, concretamente como director creativo en una agencia. Tenía que buscarme la vida. Luego me fui a México tras una experiencia en Londres que no fue del todo buena. Fue en México donde decidí meterme de lleno en el cine, pues disponía de más tiempo y recursos económicos para financiarme mis proyectos. Hace un año y medio me afinqué en Sevilla. La casa de mi abuela Teresa en Arcos es la casa de todos, donde siempre nos reunimos.
Ya con un bagaje importante: cuatro cortos y medio mundo recorrido...
– Sí, he recibido algunos premios aquí en España y en México. Esto ha hecho a mi familia y amigos sentirse muy orgullosos y satisfechos (jajajajaja) y a mí me ha servido de motivación personal. Conocí a la actriz África de la Cruz y pensé que era la indicada para mi corto. Además, ha sido elegida recientemente como mejor actriz revelación en los premios ‘Carmen’ que se conceden en Almería al cine andaluz. También trabajo actualmente en el guión del que pretendo sea mi primer largometraje.
Como autor crítico con tu entorno, ¿qué quieres transmitir con tu obra y con tu manera de entender el mundo?
– Historias que importen, injusticias sociales que he vivido en primera persona y veo cada día. Soy bastante optimista con el ser humano, pero la sensación de ir para atrás cada vez me invade más, y terrenos y problemas que creía que habíamos superado como sociedad, de repente, vuelven de una forma muy drástica y polarizada. Consumo libros y mucho cine, pero donde más he aprendido y he podido inspirarme es en la calle, observando. Observando sin prejuicios. Las personas de a pie cuentan muchas historias con pequeñas acciones; personas a las que la sociedad da la espalda, sin importar la condición social. Busco y quiero contar historias reales, pero siempre siendo consciente. Como director y guionista, pienso que la realidad hay que vivirla para poder contar historias. La ficción siempre será ficción. Por eso me gusta introducir el surrealismo en mis guiones, llevar a los y las protagonistas a estados fuera de la normalidad. Mis guiones están cargados de elementos reales donde el espectador se puede sentir identificado.
¿Hay algo o mucho de autobiográfico en tu corto ‘Dejar de ser?
– Sí. Como muchos empecé trabajando de camarero en Londres y es cierto que no siempre te tratan bien. Los camareros están desconsiderados hoy día y creo que van a peor. Quería denunciar ese trato.
¿Con qué medios has contado para este trabajo?
– Con medios humildes y básicos. El equipo estaba compuesto de cinco personas que empleamos tan solo un día para rodar. Ya estaba acostumbrado, pero rodar algo nuevo siempre te conmueve. Además de director, soy productor. Tuve que buscar un editor, un director de fotografía, a personas que me ayudaran en producción...
¿Cómo se sustenta tu trabajo cinematográfico?
– La publicidad (un mundo con el que batallo todos los días para encontrar un punto de entendimiento) es donde me desarrollo profesionalmente para adquirir ingresos y poder financiar, producir, escribir y dirigir las historias que realmente quiero contar. Es extremadamente complicado, porque son muchas manos que necesitas para hacer cualquier cosa. Es cierto que los que en algún momento nos decidimos dedicar al arte, desgraciadamente, siempre hemos estado llenos de complicaciones, sobre todo para los que estamos empezando y hacemos un tipo de cine más alternativo.
La pandemia fue un momento histórico que hizo rebrotar con gran fuerza la creatividad artística dentro de un terrible marco sanitario, pero también la pandemia supuso un durísimo palo para el sector audiovisual del que aún se recupera...
– Después de la pandemia la crisis del audiovisual se ha marcado mucho más. A nosotros no nos pilla por sorpresa, es como si estuviéramos de alguna forma anestesiados. Pero la anestesia siempre desaparece. Y al final solo queda luchar. La pandemia me cogió en México y fue un calvario porque tuvimos que cancelar nuestro trabajo en más de una ocasión para respetar las medidas sanitarias.
¿Hacia dónde diriges tu carrera?
– Me gusta poder aportar mi granito de arena con mis historias. Hacer, en suma, cine de autor, de denuncia social y cercano a la realidad.
Ha sido un placer. Muchas gracias y buena suerte.