El que fuera primer alcalde democrático de Arcos, el socialista Jesús Ruiz Fernández, ha fallecido a los 74 años de edad tras una larga enfermedad que se vio agravada recientemente por el Covid-19. Su muerte trascendió a primeras horas del pasado domingo después de haber permanecido ingresado en el hospital de Jerez.
Con él no solo se marcha el político posiblemente más relevante de la ciudad que gobernó de 1979 a 1991, sino además el que fuera presidente de la Diputación provincial de Cádiz, aunque su inmenso currículo político queda jalonado también por su etapa como diputado en el Congreso y en el Parlamento andaluz.
El Ayuntamiento decretó la apertura de la capilla ardiente en el teatro Olivares Veas, por donde pasaron cientos de arcenses para decir adiós a su ‘alcalde’. El lunes siguiente, sería la parroquia de San Francisco la que acogería el sepelio por su alma, en un acto que igualmente reunió a cientos de personas, familiares, amigos y compañeros que así lloraron su marcha. Entre ellos se pudo ver a la expresidenta de Diputación Irene García acompañando al alcalde en funciones, Isidoro Gambín, o al legendario socialista Luis Pizarro, amén de los compañeros con los que compartió Corporación, como Manuel Brenes, Diego Camacho o Ataulfo Jurado, entre otros muchos, así como los exalcaldes Juan Manuel Armario, Pepe Carrera, José Luis Núñez y Pepa Caro.
Una persona reconocida
Hace exactamente un año, concretamente el 10 de junio, recibió, ya en plena enfermedad, el título de Hijo Predilecto de Arcos, el máximo que se puede recibir de manos del Ayuntamiento. Con ello, afortunadamente, recibió en vida las muestras de cariño de la Corporación y de toda la población, pues su expediente de nombramiento vino precedido de un gran apoyo social. Poco después, la asamblea local del PSOE tuvo a bien rotular la sede de la Casa del Pueblo con el nombre de ‘Jesús Ruiz’ como muestra de admiración hacia su líder más emblemático. En aquel discurso dejó constancia de su espíritu de servicio y del legado de su etapa política en Arcos a modo de nuevas barriadas y viviendas sociales, colegios y la instauración de unos servicios muy parecidos a los que hoy disfruta la población.
El exalcalde arcense se crió en el seno de una conocida familia de diez hermanos. Estudió en los salesianos de Utrera, en Madrid y luego en Sevilla, donde se licenció en Historia.
Durante el mandato de la también socialista Pepa Caro, fue mano derecha de la alcaldesa en responsabilidades municipales como delegado, prolongando así su amplia carrera política. También actuó como colaborador en otros ámbitos municipales como la cultura. Ya jubilado, dedicó sus últimos años a continuar ayudando externamente al Ayuntamiento en los actos protocolarios de los que era experto, a compartir experiencia con su partido al que siempre permaneció cercano y llevando una vida sencilla en familia, no sin la pena de ver fallecer en muy poco a tiempo a varios de sus hermanos. En el lado profesional, ejerció el magisterio en el colegio La Salle Fundación Moreno Bachiller, donde igualmente dejó un importante legado cultural y humano.
Durante el mandato de la también socialista Pepa Caro, fue mano derecha de la alcaldesa en responsabilidades municipales como delegado, prolongando así su amplia carrera política. También actuó como colaborador en otros ámbitos municipales como la cultura. Ya jubilado, dedicó sus últimos años a continuar ayudando externamente al Ayuntamiento en los actos protocolarios de los que era experto, a compartir experiencia con su partido al que siempre permaneció cercano y llevando una vida sencilla en familia, no sin la pena de ver fallecer en muy poco a tiempo a varios de sus hermanos. En el lado profesional, ejerció el magisterio en el colegio La Salle Fundación Moreno Bachiller, donde igualmente dejó un importante legado cultural y humano.
El adiós del alcalde Isidoro Gambín
El alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, ha redactado una emotiva nota con la que despide, sobre todo, a un amigo y que aquí reproducimos: "Siempre te he tenido un gran respeto, el mayor cariño y el máximo aprecio posibles. Por eso, estoy seguro de que tu forma de ser, tu atención y tu sabiduría, han hecho que todos los que te conocíamos sintiéramos lo mismo. Con tu ida, el pueblo arcense ha sufrido una gran pérdida: la de una persona que dedicó su vida a ayudar a los demás, algo que esta ciudad ha sabido tener en cuenta. Arcos de la Frontera te ha recompensado devolviéndote con afecto su gratitud por tanta dedicación al bienestar de sus gentes. Destacaría de ti, amigo, que siempre has sido el mismo; antes, durante y después de todas tus responsabilidades públicas. Eso resulta muy difícil y tú lo has conseguido, porque eras una persona normal y sencilla. Querido Jesús: siempre te tendré presente. Gracias por todo lo que me has ayudado. Siempre estarás conmigo".
