El festivo 6 de diciembre no obtuvo la brillantez que tal vez se merecía el reconocimiento a la Constitución española, un hecho que el Ayuntamiento de la ciudad quiso hacer coincidir con la eclipsada reinauguración del teatro municipal Olivares Veas; eclipsada porque la presencia de prácticamente todo el cuerpo de la Policía Local y de la plantilla de la empresa pública Ecorreciclajes reventó literalmente un acto donde el trasfondo, sin duda, fue el siempre debatido respeto a los derechos y deberes constitucionales.
Pero como que se trata del “pan de cada día” en los actos públicos e institucionales que se celebran en toda España, la presencia de ambos servicios públicos en el acto del teatro puso en evidencia una vez más el descontento general que existe en el país ante la política de recortes. En este sentido, la Policía viene reclamando sin éxito por ahora que se le aplique el complemente específico por los servicios prestados, entre otras cosas junto a los atrasos salariales acumulados, y la empresa de la recogida de basuras algo que tan normal como que se le pague las dos últimas nóminas.
Este ambiente reivindicativo no debió, por otro lado, eclipsar el sentido de reconocimiento hacia la Constitución española. Los actos protocolarios, organizados por el exalcalde Jesús Ruiz, comenzaron con la procesión de las autoridades, de antes y ahora, acompañadas bajo maza durante el trayecto que une el Ayuntamiento de la plaza del Cabildo con el teatro Olivares Veas. Allí, el alcalde de la ciudad, José Luis Núñez, dio por inaugurado el acto institucional y la reapertura del teatro, haciendo partícipe a los arcenses Manuel Gallardo Barroso (Manolo Zapata), a la alumna del colegio Las Nieves Alejandra Cárdenas y a Miriam Bautista de los mensajes institucionales del día, como ejemplos de distintas generaciones.
El discurso del alcalde
El alcalde presidente de la corporación leyó un breve discurso que comenzó haciendo referencia al referéndum nacional que dio pie a la Constitución hoy vigente: “Pero a lo largo de este año 2012, que ya toca a su fin, hemos sido testigos de una celebración histórica: La del II Centenario de la Constitución de 1812, obra de unas Cortes que significaron un hito no sólo en la historia de Cádiz, sino de España y América. Fue nuestra capital de provincia, último reducto de soberanía nacional en aquel momento histórico y cuna de la libertad la que acogió a quienes en las sesiones de las Cortes hicieron un canto a la Unidad de España y su independencia, a la vez quien influyeron en las aspiraciones de nuestros hermanos de América, que vieron en dicha Constitución una referencia a la hora de plantear reivindicaciones.
166 años más tarde finalizaba otro proceso constitucional: el de la aprobación de nuestra actual constitución, culminándose así un proceso de gestación legislativa asentado en la Ley para la Reforma Política de 1976.
Los popularmente llamados Padres de la Constitución habían coincidido en la ineludible necesidad de que la Constitución fuese aceptada por la gran mayoría de las fuerzas políticas existentes.
Ello exigió un amplio acuerdo en torno a unas pautas de convivencia política asumibles por todos, lo que se dio en llamar Espíritu de consenso de la Constitución.
La Constitución de 1978 recoge materias que no fueron contempladas anteriormente, como son los capítulos referentes a la organización territorial del Estado o al Tribunal Constitucional (con la excepción de la Constitución de 1931).
Asimismo, nuestra Constitución recorta sustancialmente los poderes del rey, que ya no es el Jefe del Poder Ejecutivo, sino una institución moderadora y arbitral por encima de otros poderes. En cuanto a la reforma Constitucional, podemos encontrar cierto paralelismo con la de 1812 desde un punto de vista formal, ya que las dos son rígidas al establecer un procedimiento especial de reforma. Menciono los capítulos anteriores por tratar temas tan en boga en la actualidad. Probablemente todos encontremos algo en el texto constitucional que no sea de nuestro agrado, pero ello es inevitable si se quiere que la gran mayoría lo acepte, como ocurrió en el referéndum para su aprobación que hoy conmemoramos.
La Constitución española ha sido catalogada como una de las más avanzadas de las democracias liberales, en parte debido al extenso reconocimiento de los derechos fundamentales y libertades públicas contiene, tanto de carácter individual como social, así como del cuidado de su garantía y protección, sin olvidar las altas cotas de autonomía que han alcanzado las distintas comunidades.
Gracias a la Constitución, los españoles hemos podido vivir el periodo más largo de paz de nuestra historia contemporánea, sólo manchado por aquellos que no acatan la Constitución, pero se amparan en ella. Esperamos y deseamos que en estos momentos cruciales vuelva ese espíritu de consenso y convivencia que animó a los españoles hace hoy 34 años”.
Después del discurso del alcalde, los miembros de la actual y anteriores corporaciones renovaron su juramento o promesa ante la Carta Magna, haciéndolo en primer lugar algunos de los miembros de la corporación del mandato 1979-83, representados en Manuel Ramírez, los del 83 al 87… y por último la actual corporación, vigente hasta 2015.
Entre los exalcaldes de la ciudad se echó en falta a la socialista Josefa Caro, ausente por motivos personales, no así a Jesús Ruiz, José Carrera y a un rejuvenecido y sin bigotes Juan Manuel Armario.
El acto se cerró con la interpretación del himno nacional a cargo de la banda municipal de música Vicente Gómez Zarzuela, que dio paso a una nueva actuación, ya en la plaza Boticas, ante autoridades y público en general. Fue allí donde las movilizaciones de los policías y de los trabajadores de Ecorreciclajes se hicieron más visibles, contrastando con el escaso público, la degustación de manzanilla ofrecida por bodegas Barbadillo y con los pocos y extrañados turistas que en esos momentos paseaban por la plaza Boticas. Mientras tanto, la banda municipal ponía la música a la escena.
Las anécdotas
Entre juramento y juramento, se escuchó a algún exconcejal apuntar a la necesaria reforma constitucional y recordar que no fue apoyada en su día por un elevando porcentaje de la población española, seguramente por la falta de tradición en asistir a las urnas. En los tonos empleados por los concejales a la hora de renovar el juramento, destacó el torrente del concejal socialista Joaquín Macías y el apenas inaudible tono del exdelegado Pedro Sevilla, quien pregonará la Navidad arcense el próximo 21 de este mes.
Pero sobre todo destacó el unánime aplauso de los manifestantes de la Policía al exalcalde Juan Manuel Armario, posiblemente en recuerdo de tiempos mejores... Otro apunte pudo ser el enfado del alcalde ante el panorama reivindicativo montado para la ocasión. En fin, contrastes emocionales para un día que pasó desapercibido para el pueblo llano de Arcos, excepto para el exautoridades y algunos familiares. Desde luego no pasó inadvertido para policías y trabajadores de la basura, tal vez por la vulneración de sus derechos, paradójicamente, constitucionales.