Rozando las nueve de la noche, la sagrada imagen de San Antonio de Padua apareció bajo el pórtico de la parroquia franciscana para desfilar con motivo de su onomástica. La hermandad cumplía así a rajatabla con la festividad del 13 de junio, que este año fue un día especialmente caluroso como presagio del inminente verano.


Antes, la solemne misa haría honor al Santo con los detalles tradicionales, entre los que figuraron el reparto del famoso pan de San Antonio y la intervención del coro infantil de la hermandad que dirige la propia hermana mayor, Rosi Roldán.


La eucaristía fue oficiada por el párroco de San Francisco, que también celebraba su propia onomástica. Antonio Castillo estuvo acompañado del segundo de abordo por ahora en la parroquia, el sacerdote Manuel Rodríguez Salas. Por ahora porque el primero ha sido trasladado en una curiosa decisión por el Obispado de Asidonia-Jerez a dirigir una parroquia en Chipiona, aunque el padre Antonio Castillo estaba ciertamente contento en Arcos. El pueblo arcense echará en falta dentro de poco a este buen cura espereño.


Ya en la calle, la canastilla del santo lució rosas amarillas y los típicos zapatitos del Niño de Dios, flores muy primaverales y en perfecta conjunción con la filosofía de la procesión religiosa.
Además, no faltaron en los exornos las manzanas y uvas como cierto agradecimiento hacia la generosidad que muestra la naturaleza con el ser humano; un aspecto éste muy franciscano.
El paso dirigido una vez más por su capataz tradicional, la hermana Paqui Roldán, tomó por el vial de la Salle, calle Sol, Molino, Gomeles, Romero Gago y San Francisco arriba, en una procesión muy concurrida pese a las elevadas temperaturas, como también el templo se llenó para la celebración de la misa de San Antonio.


Especialmente emotivo resultó el momento de la recogida de la procesión, en la que niños y público en general entonaron la canción de “los pajaritos” con la que festejan el acto y la festividad de los Antonio. Una convivencia entre un grupo de hermanos en el interior del archivo parroquial, puso colofón a una velada grande para los cofrades de San Antonio.