La fe y devoción religiosa de los jedulenses se puso a prueba el pasado sábado con motivo de la salida procesional de Nuestra Señora de la Salud. La sagrada imagen partió de la parroquia de San Isidro Labrador a las siete de la tarde, haciéndolo bajo un nuevo pórtico parroquial, más amplio y cómodo para este tipo de acontecimientos.
La procesión estuvo acompañada por la banda municipal de música Vicente Gómez Zarzuela, pero sobre todo por un importante séquito formado por feligreses y miembros de la asociación parroquial responsable de la salida procesional.
También contó con el acompañamiento de hermandades foráneas, ya que la única cofradía arcense representada en el acto fue la de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y María Santísima de la Amargura. Hay que destacar el elevado número de mujeres de mantilla cuya presencia en el desfile realzó la puesta en escena del mismo. La Virgen lució un terno de tisú plata, estrenó el conjunto de pendientes y broche adquirido en Valencia -modelo Balconet-, estrenó además el broche con su nombre y sus flores del paso fueron rosas ecuatorianas en malva, rosa y blanco; astromelias rosas y blancas, nardos y otras flores.
También procesionó sobre la peana cuya pintura estrenara el año pasado.
El recorrido fue una calca del año anterior, por las calles más céntricas de la barriada. Momento especial fue el de la recogida de la procesión, ya que la Virgen recibió el canto de su plegaria por parte de los presentes.
Su sagrada imagen fue vestida una vez más por el experto David Calleja, que de este modo volvió a colaborar con la asociación que preside Francisco Ramírez.
La Iglesia estuvo representada por el párroco, Salvador Marín, quien en breve dejará su cargo para marchar a su ciudad natal, El Puerto de Santa María, para seguir trabajando al servicio del Obispado. Será sustituido de sus funciones en Arcos por el sacerdote colombiano Jorge Manrique.