Por primera vez en su historia, la cabalgata oficial de Reyes Magos adelantó su salida un día debido a las previsiones de lluvia para este viernes en el término municipal de Arcos y en gran parte de Andalucía occidental. Aunque los comentarios y opiniones al respecto han estado a la orden del día, todo apunta al acierto del Ayuntamiento a la hora de decidir esta medida, la cual fue expuesta y debatida en la Junta Local de Seguridad que con carácter extraordinario se celebró el miércoles a primera hora.
Los aspectos organizativos se mantuvieron intactos, de ahí que la cabalgata saliera ayer a las cinco de la tarde desde la plaza de La Caridad, mostrando al público nueve carrozas con los motivos tradicionales: los tres tronos, la carroza de las molineras del último carnaval, la que representa el nacimiento de Jesucristo, las dos que han sido diseñadas por los operarios municipales durante las últimas semanas y las dos creadas y ambientadas por la firma Carriles.
La Caridad se convirtió en una animada plaza con cientos de personas abarrotándola, muchas de ellas dispuestas a seguir el cortejo a lo largo del casco antiguo y por el centro de la ciudad, con el ánimo de recoger caramelos de los 9.000 kilos repartidos y, con un poco de suerte, alguno de los 15.000 balones que los Reyes Magos lanzaron al público, la mitad de ellos de reglamento. Además, los Reyes se esmeraron a la hora de repartir juguetes, quizás con algo más de calidad que años anteriores, así como material escolar que buena falta hará a más de un niño de la localidad: lápices, cuadernos, rotuladores... Y todo, acompañado por la música de la banda de las Tres Caídas abriendo el cortejo.
Pero la gran novedad del recorrido de este año fue, previo esfuerzo económico de los propios Reyes, el acompañamiento de una gran batucada que animó la cabalgata como nunca. La batucada, formada por diez percusionistas y bailarines senegaleses, puso el acento en el desfile, incluyendo el personaje que reencarnaba al Dragón de Fuego. La danza tribal llenó de colorido y alegría un desfile que no dejó a nadie indiferente.
Sin embargo, el periplo de Sus Majestades dio inicio bien temprano, pues a las once de la mañana estaban ya convocados en el restaurante Mesón de la Molinera para preparar la cabalgata. Allí, acompañados de sus pajes y colaboradores, se vistieron para la ocasión y tomaron un tentempié para tomar las fuerzas que requería la jornada, pues los Reyes también visitaron los asilos de La Caridad y San Juan de Dios, el geriátrico Lago de Arcos y el convento de las hermanas mercedarias, escoltados por policías motorizados y subidos en los modernos vehículos cedidos gentilmente por la firma Motor Arcos. Concesionario Renault-Dacia, mientras que sus acompañantes hicieron lo propio subidos en el tren turístico del grupo Valenzuela.
Ya en plena cabalgata, el cortejo siguió por Cardenal Almaraz, Pérez Galdós, plaza Modesto Gómez, Matrera Abajo, calles del casco antiguo..., hasta alcanzar la Cuesta Belén, Corredera, Peña Picada... hasta la barriada la Paz, donde a eso de las once de la noche tocó fin la cabalgata. No obstante, había un último momento, de especial emotividad, cual fue el vivido en la parroquia de San Francisco para llevar a cabo el acto de adoración al Niño Jesús. Alrededor de las doce de la noche, la comitiva terminó la velada de nuevo en el Mesón de la Molinera, adonde se desplazó en microbús desde el Vial de La Salle.
En nombre de los Reyes, Melchor (Paco Valle) ha agradecido la inmensa ayuda del empresariado local para hacer posible la cabalgata. Gracias a su generosidad , a la dedicación de los Reyes y a la ayuda del Ayuntamiento, Arcos ha contado con una magnífica cabalgata.