Piel de cordero

Publicado: 05/11/2024
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente y verso suelto

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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Sumar debió de actuar antes, al menos no debió de nombrarle portavoz, con los indicios que ya se sabían
Los malos sólo tienen caras de malo en las películas. Eso de niños nos producía tranquilidad, a los malos se les veía venir. Luego pasa lo de Íñigo Errejón y se mira alrededor con aprensión.

Hace diez años, cuando surgió Podemos, se mostraba como un chico sencillo con la cabeza bien amueblada. No tenía el engreimiento de Pablo Iglesias, con su pretendida posesión de la verdad, ésa que le hacía creer que había inventado la Izquierda.

Errejón, por el contrario, parecía sensato siempre, también el día que reclamó en el Congreso que el Gobierno se ocupara más de la salud mental de los españoles. Tuvo que aguantar que muchos se lo tomaran a chanza, pero después se le terminó dando la razón.

Sumar debió de actuar antes, al menos no debió de nombrarle portavoz, con los indicios que ya se sabían. La denuncia anónima en redes de 2023 debió encender las alarmas y haber indagado en el entorno de Errejón. Así lo ha reconocido la ministra Mónica García, de Más Madrid, cuando ha declarado que la actuación entonces fue “insuficiente”.

Yolanda Díaz, ahora sí, ha sido contundente. Aunque tarde, ha conseguido que Errejón abandone todos sus cargos y también ha expresado su desacuerdo con la carta del exdiputado, llena de eufemismos y evasivas de su propia responsabilidad.

El desgaste político para Sumar es mayor que si hubiera ocurrido en el Partido Popular o Vox, y es lógico que sea así, porque el asunto afecta a la coherencia con los principios ideológicos que defiende. Para superar el golpe, no hay otro camino que el de la transparencia y la asunción de responsabilidad de quienes debieron actuar y no actuaron como procedía en el caso de 2023.

 Se puede pensar que estas cosas son propias de Donald Trump y de poderosos de su calaña, pero la violencia machista no entiende de Izquierdas ni de Derechas. Ahí teníamos al sujeto posicionándose de feminista viviendo una doble moral, Errejón ha demostrado ser todo un lobo con piel de cordero.

Doy las gracias a Elisa Mouliaá por atreverse a denunciarlo por acoso sexual, así ha roto la cadena para futuras víctimas. Exponerse así siempre es difícil, más tratándose de un personaje público. Afortunadamente, su iniciativa ha tenido consecuencias inmediatas y nos confirma que lo que en un tiempo era tolerable o invisibilizado, el feminismo ha conseguido que ya no lo sea.

 

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