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"La noria invisible" de José Troncoso

El dramaturgo gaditano regresa a Cádiz para asistir al estreno de su obra en el Falla, ‘La noria invisible’

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  • José Troncoso -

A José Troncoso no le gusta hablar del éxito. Lo ve tan efímero como una pompa de jabón. Siempre ha rechazado sentirse un talento de moda. Preferiría ser siempre prenda de un fondo de armario. Pero, otro año más, Troncoso vive las mieles de un triunfo que como actor, escritor y director le está llevando este 2022 a no parar de trabajar y a cumplir retos. Uno de los más bonitos siempre es regresar a Cádiz, su ciudad, en la que este domingo estrena una de sus últimas obras teatrales, La noria invisible.

Fue en el Teatro Falla donde nació su pasión por el teatro. “Recuerdo estar en el Falla viendo la versión de Miguel Narros de Las de Caín, que tenía un escenario inclinado y patinaban, y descubrí un mundo diferente”. Troncoso se ve a sí mismo señalando el escenario y tomar una decisión. “Yo no quiero la realidad tal cual, yo quiero estar ahí. Vivir esos mundos”. Y aquel sueño adolescente se ha cumplido.

Lo alimentaron también algunas de sus amistades, con las que compartió experiencias y primeros ensayos. “Yo era muy amigo de Teresa Quintero, y por entonces ella y las hermanas López Segovia estaban en la compañía Caramba Teatro de la Universidad, y ahí me empecé a aficionar aún más”. Esa amistad se alimentó mucho tiempo en un piso de Madrid, donde convivieron en los primeros trabajos en la capital, y ahora, tantos años después, vuelve a compartir tiempo y espacio.


Las Niñas de Cádiz, la compañía de las hermanas López Segovia y Teresa Quintero, se subirán junto a José Troncoso al escenario en Las bingueras de Eurípides. “Lo que ha escrito Ana es maravilloso, aunque también es una enorme responsabilidad”, dice José Troncoso, quien hace labores de dirección y de actor. “Es un trabajo que asumimos como una especie de reunión de antiguos alumnos, y que para el espectador será como una fiesta. Tenemos muchas ganas de fiesta”, celebra el dramaturgo. Este espectáculo ha sido seleccionado para el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

Troncoso encadena trabajos. Acaba de estrenar con éxito con Teatro del Barrio, en Madrid, Los  despiertos, con él como director y autor, y la interpretación de Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo, que encarnan a unos barrenderos despiertos mientras el resto de la ciudad sueña. “Temí haberme excedido con la carga poética. Pensé que en esta ocasión la gente no me iba a acompañar. Tenemos esa necesidad de sentirnos queridos todo el rato”. Pero ha funcionado. De hecho, en abril, gracias al boca a oreja, ha prorrogado más días.

Y, mientras, sigue con proyectos como actor, algunos emocionantes que aún no se pueden contar, y otros como escritor y director con su compañía La Estampida, con la que ha llegado al Teatro Falla, su teatro, este fin de semana. “Estar en el Falla supone todo para mí, porque mis primeros pasos los he dado aquí en Cádiz. Es un templo de la cultura. Estoy nervioso, pero contento de que lo que traemos en bonito, y creo que le va a gustar al público gaditano”. Dice que el Falla más que una prueba de fuego, a él le sirve de prueba de algodón.

La noria invisible, el espectáculo con el que Troncoso representa en ese teatro en el que empezó a soñar con esto, es un viaje a la adolescencia. “Nunca uno está tantas veces arriba y abajo como a los 15 años”. En el escenario se sitúan Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León que representan a dos chiquillas antagónicas, una muy sensible, la otra muy macarra, que, como en las películas americanas, se tienen finalmente que llevar bien.

“Juana, la protagonista, es una joven que no se puede creer que su vida sea tan chunga. Es la negación de la adolescente. Así que está convencida de que todo lo que vive es un vídeo clip y se pone a cantar sobre lo que le está pasando”, explica Troncoso, quien cree que el público, mientras reflexiona sobre una etapa tan difícil de la vida, se lo puede pasar pipa.

En La Estampida siempre se da luz a los invisibles. “Hay vidas que  merecen ser contadas de personas a las que nadie mira”. Él mismo se ve un poco reflejado en estas chicas perdidas, cantarinas y alocadas que buscan entender un poco lo que le está pasando. “Me veo en ese adolescente sentado en una silla verde en el colegio Argantonio. En esa época en la que, al mismo tiempo, nos creíamos el centro del universo, pero también nos veíamos invisibles”.

Mientras pasean por las calles de Cádiz, los pies de José Troncoso se aferran al suelo. “El éxito es algo raro que te sucede. De pronto, estás en el foco, pero sabes que esas luces se pueden apagar y tienes que estar preparado. Yo sé lo que es no tenerlo. Es que te puede pasar todo en un mismo año”. Troncoso sabe del éxito. Y de norias.

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